POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar
Asistimos al bochornoso espectáculo de tener que ejercitar el más sublime de los derechos cívicos teniendo que elegir entre la resaca de una clase política corrompida, mediocre, cegada por la ignorancia y ganada por la lujuria del poder y del dinero.
Mírese donde se quiera y sólo se hallarán ejemplos de innobleza, de codicia, de mendacidad y de una caradurez que el titanio parece un chocolate al lado de tipos y tipas que buscan únicamente el saciamiento de sus más bajos y perversos instintos. No sólo se tiene bajos instintos en orden a la sexualidad; el abuso deshonesto del cargo público es una forma de sodomización del otro. De los otros.
Hoy, los que han saqueado al Estado vuelven como el Eneas que salvado de la destrucción de Troya vienen a fundar la nueva Roma, cuando en realidad fueron los Nerón que la incendiaron. Y nadie dice nada. Claro, cómo decirlo si toda prensa está pagada, vendida al límite que pone una cuenta bancaria. Cuando ya no hay periodismo sino operación de prensa. Cuando los “candidatos” sufragan los espacios y alimentan la bolsa de quienes sólo escriben loas a la delincuencia y callan la verdad de lo que debiera ser la honestidad de los procedimientos.
No nos asombre que sigamos medrando en la postergación. Que sigamos siendo cada vez menos de lo que éramos y de lo que somos. Sólo un futuro de acechanzas y mendicidad nos espera con estos mercaderes de la fe pública. El cargo ya no es para la elevación moral y cívica de la población, sino para la satisfacción infame de las más nefandas ambiciones personales y de los grupos de poder, que al fin de cuentas, no son sino bandas que se enriquecen a la sombra de los poderosos.
“Tengo estos principios, pero si no le gustan, tengo también estos otros”
Por naturaleza, la gente decente no viene dotada de algunas habilidades especiales con que cuentan los facinerosos. Los ciudadanos comunes creemos en la democracia como una herramienta política para el desarrollo, otros, en cambio, como el Dr. Juan Manuel Urtubey, viene compuestos por esa simbiosis de encanto y capacidad de hipnotizar a los simples, a los más negados de inteligencia, a quienes engatusan y les hacen creer que están votando algo superior.
El caso de este Urtubey, es paradigmático. Porque si un color acaso le sirve para afincarlo en una ideología, ése es el tornasol. Porque se autopercibe peronista, pero a su tiempo ha sido kirchnerista, luego, antikirchnerista furioso. Luego macrista y ante el fracaso del tipo ese que no sabía ni leer de corrido, formó una mesa de cuatro donde estaba, Sergio Masa, de quien dijo que era un cachivache: “Es de esos personajes que aparecen cada tanto en la política”, dijo. Y Massa, con Pichetto y otro más, con Urtubey, formaron una mesa de cuatro que venían a renovar la política. Cuatro de copas, claro.
Fue el “alcanzame” de Juan Carlos Romero, a quien le dedicó un libro exultando la obra del Júcaro: “Sembrando progreso”, una porquería literaria que junto a “La Razón de mi vida”, se cuentan entre las peores lecturas que han pasado por mis manos. Cuando llegó al poder, lo primero que hizo fue traicionar a Romero, pretendiendo llevarlo a tribunales.
Y así, podríamos llenar páginas contando el serpenteo de este muchacho que encantaba bombachas y coleccionaba dirigentes venales que contribuyeron a la destrucción de todos los partidos políticos de Salta.
La culpa no es del chancho…
Sí, la culpa es de quien le da de comer. Hoy, este personaje, regresa a la arena política batiendo un mensaje de salvación. Él nos sacará de la pobreza en que este trastornado de Javier Milei, nos ha hundido. Él, tiene la solución para “parar esto” (sic) y salvar a los jubilados, a los …, bueno, a todos.
Es la resurrección del Cristo laico, que se levanta del silencio de tumba y viene en pos de una Argentina grande. Es el “Hombre gris” de Parravicini. El Mesías que partirá las aguas para que crucemos a la Tierra prometida. Y allí va por los caminos de Salta mientras los párvulos le cantan “Hossana” y se sacan fotos con él. ¡Qué gran negocio político son los pobres y su ignorancia y su falta de memoria!
Pero estos fenómenos como el “Juan”, son posibles, no por sí mismos, sino porque en frente no tienen a nadie de fuste, de peso político que les dispute el lugar. Este, Sergio “Oso” Leavy, es la muestra más patente. El pobre “Oso” se pasó la vida gritando “La vida por Cristina”, se las bancó a todas, y el “Juan” con un tincazo nomás lo dejó sin partido -el PJ intervenido- y sin candidatura. El que tiene la bendición de la convicta es él, no el “Oso”, que quedó reducido a su propio zoológico.
La foto que lo muestra junto a Emiliano Estrada -otro procesado-, es significativa: Porque enorgullecerse de ser bendecido por una rea de la Justicia dice mucho de quién es uno. ¿Cómo dice ese refrán “… que son la misma condición”? O algo así.
El “Juan” es candidato porque no hay liderazgo político en frente. Porque encuentra un gobierno débil, formado por un gabinete mediocre -y no sé si mediocre es un halago todavía-, con un ministro de Gobierno que jamás supo hacer política, parar líderes en el terreno, formar partidos. Es candidato porque en frente no hay nada competitivo ni democrático.
Eso somos. Eso tenemos
Es prácticamente seguro que el “Juan”, se sentará en una banca del Senado para “representarnos”. como la memoria popular es frágil, nadie le pedirá que rinda cuentas de lo que hoy promete. Como no lo hicieron con ninguno de los que sentó hasta aquí. Y allí volverá a acunar su sueño de ser presidente de los argentinos.
También es probable que el “Juan”, mañana, sea presidente. Si hoy tenemos un desequilibrado mental en el Sillón de Rivada y en frente no hay nada inteligente. Y si algo le sobra al “Juan” es inteligencia. Es el individuo más rápido mentalmente que he conocido. Es el más sagaz y peligroso , más que la Mamba (busquen que bicho es una Mamba). En una aldea de obtusos políticos, ese genio del “Juan” no tiene competencia. Lástima que nos haya demostrado que tales atributos tan destacados hayan servido sólo para su enriquecimiento y de una tribu, mientras en el norte se morían -y se siguen muriendo- los niños de sed y hambre. Mientras seguimos postergados como provincia. Mientras…
Sí, seguramente, el “Juan” puede ser presidente. Como supe decir, espero para entonces, estar ya a la diestra del Señor. Desde allí, oraré por vosotros. –