POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

En aldeas como Salta, donde la capacidad de raciocinio de alguna parte de las elites políticas tiene “bajo ICQ” -Milei dixit-, todo hay que explicar. En este caso, diré, uno escribe desde la más absoluta LIBERTAD que otorga el no percibir mendrugo alguno por parte del Estado. Luego, los conceptos vertidos tienen el tono de intentar contribuir al fortalecimiento institucional, alertando sobre lo que en el espectro político-social, se habla desembozadamente: Está en marcha una maquiavélica maquinaria para traicionar al gobernador, Gustavo Sáenz.
Aquellos mismos que durante estos seis años se golpearon el pecho repitiendo “La vida por Gustavo”; ahora, cual romano dios Jano, que tenía dos caras, con una le sonríen a “Gustavo” y con la otra besan la mano de Juan Manuel Urtubey. La inflación que todo lo hace crecer, ha multiplicado a los Judas, también.
Los compañeros no son académicos
Esto de no tener que prosternarse frente al Poder por una pauta y no tener la obligación de decir que “Gustavo”, tiene la estatura de un granadero, es rubio y de ojos azules, permite estas licencias. Porque la ausencia de advertencias al gobernador de parte de ese periodismo de folletín termina provocándole un daño al “Uno”, porque el silencio es una forma de la mentira. Le están publicando el “Diario de Yrigoyen” (Que dicho sea de paso, jamás existió).
Es por eso, que como ciudadano comprometido con el fortalecimiento de la Democracia y las Instituciones de la República, me veo en la audaz tarea de decirle al compañero gobernador: “Chango, la campaña está mal encarada y te están jugando a dos puntas”. Al fin de cuentas, uno no hace sino asumir el riesgo de ganar furias relatando en estas líneas lo que todo el mundo está diciendo, incluso, funcionarios de alto rango y otros de más arriba también.
Porque ¿Cómo se debe comprender, por ejemplo, que haya funcionarios de cierto pelaje y rango, que cobran sueldos de siete cifras, viven del gobierno y militan para Urtubey? Y están ahí nomás, en escritorios destacados de ministerios clave. ¿No es faltar a la ética y morder la mano que les ha dado de comer todos estos años? Un acto de decencia sería renunciar al puesto para militar por el adversario. En mi barrio, eso, se llamaba traición. Y en el Ejército aprendimos que “Los traidores no le gustan a nadie”, porque “La Lealtad es apreciada hasta por el enemigo”. Y nada hay más peronista que “La Lealtad” ¿nocierto? O a lo mejor esto ya cambió y como uno no es peronista ni se enteró…
El gobernador, Gustavo Sáenz, en un cónclave celebrado sobre el viernes pasado -¿viernes, era?, los apuró a los ministros y secretarios de Estado a decir sobre la mesa y en ese momento, quién estaba con él o contra él. La pregunta del gobernador sonó a la exclamación del Cristo en la Última Cena: “Uno de vosotros me traicionará”, a lo que los discípulos ministeriales se apuraron a jugar al Gran Bonete: ¿Yo señor? ¡No señor!
Dicen que aquello fue un remedo propio del “Juramento de los Horacios”. Claro, aunque ministros, creo que no estáis listos para esta conversación y os deberé explicar que el dicho juramento refiere al cuadro de Jacques-Louis David, pintado en 1784, donde el anciano Horacio, les entrega las espadas a sus tres hijos para que juren combatir por Roma. ¿Vosotros, ministros, secretarios de Estado, funcionarios, queridas y queridos… combatiréis por la Roma de Grand Bourg y por vuestro César, el insigne Gustavo I?
Pero el problema no sólo se halla en el redil ministerial, sino que donde hay que tener el ojo agudo es en la pléyade de intendentes, muchos de los cuales deben favores de tiempos antiguos a Juan Manuel Urtubey, quien a modo de recaudador medieval los visita para que tributen al señor feudal. Algunos, que en lugar de un sillón están sentados sobre los expedientes de las causas judiciales que devienen de tiempos ha, son los más dispuestos a colocarse en la frente “la marca de la Bestia» cuyo número no es el “666” (Ap. 13, 18), sino el “U-U-U”.
¿Hacia una polarización entre Sáenz y Urtubey?
En esto de imaginar escenarios, el deterioro meteórico de La Libertad Avanza, que amenaza ser ya irrefrenable, también tendrá su impacto en Salta, donde además, ya hemos tenido muestras de lo que son capaces estos pichones de nacionalsocialistas.
Estos pibes no se han privado de nada, desde patotear a un comunicador, pasando por un posible desastre ambiental, hasta el sonado caso del ex concejal con problemas de bragueta batiente. También, sabemos de problemas internos con quejas de militantes por supuestos malos tratos de la reina de Saba, la diputada nacional, Emilia Orozco.
Es una lástima lo que ha ocurrido con esta chiquilla que pintaba bien, pero el ego parece haberla traicionado y le achicharró el balero, haciéndole perder todo aquel “glamour político” que tenía. Si la Orozco baja en las preferencias, podría dejar un escenario donde terminen midiendo fuerzas “Juan” y “Gustavo”.
Si esto ocurriera, iremos por pochoclo y cerveza.
Necesitamos una campaña verdaderamente peronista
Si la cosa se presenta tal como la acabamos de describir “ut supra”, la campaña del gobierno, en nuestro muy modesto comprender y saber de estas lides, está muy mal encarada y podría terminar en “Segundos los salteños”. A pesar de contar con unos candidatos “de luxe”, no hay que olvidar que a los compañeros la cosa académica no les llega. No la comprenden. Menos si los candidatos tienen un perfil rozando lo ario. A los “changos y chinitas” -diría el villancico de la Misa Criolla-, les gusta el franeleo más populachero. Ellos quieren ver al candidato con “las patas pisando el mismo barro que ellos”, compartiendo el chori, un tetra. Les gusta palmearlo, ver que transpira igual que ellos. Alpargata bigotuda, camiseta maya y pañuelo con cuatro nudos. ¡Eso es el peronismo!
Fijaos en la ingeniera Flavia Royón; mujer agraciada casi como aquellas del Boticelli en “La Primavera”, es un lujo como candidata, pero queda como un “compa” luciendo un Rolex. Pero aparece paseando por la Unsa, conversando de títulos y letras con otra mujer. En otros spots, está en las radios o estudios televisivos, hablando de porcentajes, minería y energía. Los “compas” la única energía que conocen es la del “Red Bull”, mezclado con vaya a saber qué.
Más allá, el amigo, Bernardo Biella, siempre impecable en su chaqueta y con el estetoscopio colgando, nos habla del cuidado de las ronchas que produce la picadura de los bichos colorados y de todo lo que hay que hacer en materia de salud en la provincia. Y…, qué quiere que le diga, eso a los changos que no tienen ni enfermera en las salitas, sobre todo del interior, tampoco les llega. El peronismo, es combativo, atropellador, desinhibido, desarrapado y en ocasiones casi delincuencial.
El que más o menos entona es, Ignacio Jarzún. El “Nacho” se la banca entre originarios y compañeros en medio del monte, abriendo los grifos que supimos conseguir y prometiendo que hará brotar agua de las piedras como Moisés en el desierto. Al «Nacho» lo ven, le tocan los bíceps, se limpian la mano en el pantalón para estrechar la suya, y el “Nacho”, estoico, devuelve palmadas, hociquea compañeras y promete, siempre promete.
«Juan», un peronista con corte de Pablo Peluqueros
Y ahí está el punto de quiebre con la campaña que está realizando “Juan”. Porque no es Juan Manuel Urtubey, es “Juan” y luciendo un corte de pelo «fashion». El flaco se baja de sorpresa en una parrilla y compra ¡con su plata, no con la nuestra! (o tal vez es lo mismo), una tortilla a la parrilla. Más allá, se detiene nuevamente y se clava una empanada. Luego se mezcla con un grupo de matronas que llegan al orgasmo besándolo y diciéndole “lo lindo que está”. Un poco más allá les cae a un grupo de hombres y encima les dice lo miserable que son y qué mal que están y “hay que parar esto”. Sin contar cuando aparece, cual Aladino, luego de frotar la botella en medio de una juntada de jovenzuelas, las besuquea, les pasa la mano por la cabeza (es lo que se ve) y les promete hasta el Becerro de oro, como en los mejores tiempos del legendario “Voto Bombacha”.
Como se ve, hay diferencias…
No podría este escribiente volver a los pueblos por los que transita habitualmente si dijera aquí cuáles intendentes abrazan a “Gustavo” mientras le hacen ojito a “Juan”. En esto, lamentablemente, ni Royón, ni Biella, ni el “Nacho” Jarzún, pueden competir. Pero ahí está la madre del borrego, en el juego que van a hacer los intendentes.
En el pasado, cuando la historia me jugara la pasada de participar en tres campañas de “Juan”, uno aprendió cómo piensa, cómo se mueve. Y hay que decirlo -ya lo dijimos en nota anterior-, así como es carente de todo escrúpulo, sin embargo, por intermedio de Mefisto, “Juan” es poseedor de una inteligencia política poco común. Jamás habría hecho esta jugada sin saber que las chances de ganar son viables. En su grupo, tiene augures que estudian las entrañas de las aves y como al Agamemón de “La Illiada”, hacen que los dioses le hagan soplar los vientos favorables.
No os extrañe, palurdos y palurdas de Salta, que “in pectore”, esa senaduría sea para “Juan”, el pasaporte a la gobernación del 2027, que utilizará para volver a por las rutas de su sueño, como alguna vez le dijera a quien escribe estas líneas: “Yo voy a ser presidente. No sé si ahora, pero voy a ser presidente”.
Espero, para entonces, si ese día llegara, ya estar sentado a la diestra del Señor. –