POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar
Hay obras del repertorio llamado en general clásico, porque el representante por excelencia de lo clásico es Wolfgang Amadeus Mozart; pero bueno, el “Vals del Murciélago” (Die Fledermaus), es la música de una opereta concebida por Johann Strauss hijo, y pertenece claramente al Romanticismo tardío, aunque conserva rasgos formales del clasicismo vienés.
Herededo del arte de Johan Strauss, su hijo fue llamado “el rey del vals”, y supo combinar la elegancia clásica de la danza cortesana con la expresividad romántica. Die Fledermaus no sólo hace bailar, sino que retrata un espíritu de época: una Viena decadente, alegre y un poco cínica antes del cambio de siglo.
Así como su padre había compuesto “Risas, mujeres y canto”; Johan hijo, entre risas, copas y engaños, compuso en 1874 su célebre opereta Die Fledermaus (El Murciélago), donde el vals alcanza una sofisticación festiva y burlona. Es música que gira con ironía y ligereza, retrato perfecto de la Viena que bailaba mientras Europa contenía el aliento. Cada compás invita a reírse un poco de la vida… y a seguir girando, aunque amanezca.
