Un Cacho de Cultura: Bach, el amor y la diferencia de edad y el elogio del orden

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

Cuando termina el ajetreo de la semana y uno puede hallarse en el rincón de la intimidad espiritual, donde alma ensimismada busca el solaz de una caricia, escuchar a Johann Sebastian Bach es siempre un acto de limpieza interior. Entre tanto ruido y desmesura cotidiana, su música parece restaurar el equilibrio del alma y recordarnos que la belleza puede ser, ante todo, una forma de orden.

Precisamente, leemos que Bach, compuso el Preludio y Fuga en Do mayor BWV 846, que abre El clave bien temperado, como un ejercicio para el oído y el alma. Dicen que en esta pieza cada nota responde a una ley invisible, como si la música se convirtiera en un soporte del espíritu.

El Clave bien temperado, siempre me impresionó de manera particular porque en sus notas se entreteje una historia, que quizás no sea, pero que habla del amor. Si, se cuenta que Bach, de viaje por sus conciertos recibió la noticia del fallecimiento de su esposa. Tiempo más tarde, contrajo nuevamente matrimonio con Anna Magdalena Wilcke, que era 16 años menor que él. Casualidad o no, el Clave bien temperado, tiene 16 notas en su preludio, que evocarían esa diferencia. Si así fuera, Bach habría demostrado que incluso el amor puede expresarse con compases y silencios.

Lo cierto es que El clave bien temperado enseña una verdad más profunda: la libertad no se opone al orden, sino que nace de él. Por eso su música sigue siendo actual, porque, como toda obra sabia, nos enseña a pensar sin estridencias y a sentir sin perder la forma.

Quizás por eso, cada tanto, conviene volver a Bach: para recordar que antes del ruido siempre hubo un silencio que pensaba…, sobre todo, los fines de semana. –