ERNESTOBISCEGLIA.COM.AR – POR ERNESTO BISCEGLIA. – Dijo en una oportunidad el general Perón, días antes de su derrocamiento, el 28 de agosto de 1955, para más datos: “Por nuestra excesiva tolerancia, nos hemos ganado el derecho a reprimirlos”. Parafraseando a esta barbaridad que dijera Perón, porque hay que haber perdido los estribos para que un presidente exprese semejante cosa, y eso que no consigno lo que siguió luego porque es peor aún; digo, que, por nuestra excesiva tolerancia como pueblo manso, nos hemos ganado el derecho a decir lo que pensamos.
Lamento, sí, y pido las disculpas del caso, que alguien que ha tratado de hacer de la Palabra un culto, deba rebajarse a los niveles en que transitan estos orcos que no sabemos si vinieron a pretender legislar o a protagonizar la próxima entrega de ‘Criaturas del Pantano: el regreso del marketing sin cerebro’. Pero ahí están, rompiendo papeles como si acabaran de exorcizar al Estado y partir en pedazos al sentido común.
Hay títulos que en una nota que proviene de alguien que analiza y teoriza sobre la política desde el palco del buen gusto y la elevación intelectual pueden parecer exagerados. Pero este no sería el caso. Este es literal. Porque eso hacen: nos toman por boludos. Y lo hacen a sabiendas, con total impunidad, como si la ciudadanía fuera un rebaño hipnotizado que consume cualquier disparate vestido de campaña.
En Salta, los referentes de La Libertad Avanza, hace rato que han transformado la política en un sketch de televisión basura. No siempre la soberbia elitista se apareja con el buen gusto. Menos en un momento de tanta tensión social.
El “show bussines” electoral, ya ni siquiera se utiliza en los Estados Unidos. Murió en la campaña de Barak Obama cuando echó mano de la story telling -que por supuesto sería largo e inútil de explicárselo a estos-; estas puestas en escena son lisa y llanamente ridículas.
No hay propuestas, no hay ideas, no hay plan. Hay cotillón. Desconozco quien sea el asesor de campaña, pero evidentemente, desconoce la potencia del mensaje subliminal de las acciones, porque aparecer con una motosierra que es símbolo de amputación, de violencia y de amenaza, impacta al inconsciente en forma negativa. Amedrenta y es truculento.
Al lado, aparece, Alfredo Olmedo, con una pala; un elemento disociativo con su persona ya que jamás trabajó. Menos con una pala en la mano. Como si el trabajo se representara con utilería de obra y no con compromiso, estudio y gestión.
Pero el delirio no termina ahí. Ahora resulta que el acto revolucionario consiste en romper papeles con nombres de empresas estatales, como si hacer volar hojas al viento fuera equivalente a cerrar instituciones. ¿Quién les explicó que desde una banca de concejal o diputado provincial pueden eliminar Aerolíneas Argentinas o Aguas del Norte? ¿Quién les dijo que con voluntarismo van a cerrar Remsa, Edesa? Si su propio jefe, Javier Milei, no pudo cerrar -dinamitar era el término, el Banco Central. ¿O es que directamente apuestan a que la gente sea tan ignorante como para creerles?
Otros hay, que proponen cerrar el Senado ¡Y son candidatos a senadores! Es como ser médico -por ejemplo- y pedir trabajo en una clínica para cerrarla cuando lo tomen. No soy un entendido en Derecho Constitucional, pero mi leal saber y entender me hace creer que, para cerrar el Senado, hay que llamar a una reforma constitucional. Creo que es así…, ahora ya no sé. Porque si se eligen jueces para la Corte Suprema por decreto, parece que algo cambió en el medio y no me enteré. Aunque en realidad, no hace falta ser constitucionalista para saberlo: alcanza con haber prestado atención en la secundaria.
En eso reside el punto más grave. No sólo es una campaña vacía, es una campaña basada en el desprecio por la inteligencia del votante. No hay respeto por la institucionalidad, ni por los problemas reales de la gente, ni por las necesidades urgentes de una provincia donde a muchos todavía les falta agua, trabajo, infraestructura y futuro. Todo se reduce a la puesta en escena de una parodia violenta y burda.
Quien escribe, ha gastado páginas y páginas, libros incluso, hablando de que es un tiempo de CONSENSO, de DIÁLOGO, de PENSAR país, de PENSAR provincia y de PENSAR municipio. Claro, también Yo, candoroso defensor de la razón y el diálogo, aspirando a que piensen…
Los juniors de esta claque, “Pibes Libertarios”, como se hacen llamar, a quienes habría que recomendarles que comenzaran leyendo “Miedo a Libertad” de Erick From, por ejemplo, para que hablen de «Las ideas de la Libertad», dividen al electorado en dos “Nosotros”, vestidos por las calles como Robin con capas amarillas y “Los kukas”. Y su frase repetitiva es “Votanos para que los kukas no vuelvan nunca más”. Y algo debe estar andando mal que los “Kukas”, acaban de pasarles el trapo en Santa Fe.
Son como el pichi ciego, miopes. Se ve que no leen ni siquiera los diarios, porque en este preciso momento el planeta se encamina hacia nuevos paradigmas: transición energética, inteligencia artificial, desarrollo sustentable, reorganización del orden económico global. Y acá, los libertarios salteños siguen jugando al carnaval con sus disfraces de verdugos.
Mientras su ídolo, Milei, regala motosierras de platino con la que iba a serruchar a la casta, resulta que esa “casta”, le maneja el gobierno, nos endeuda otra vez y nos pone al borde de todo lo que dijeron que venían a terminar. Algo no está calibrando bien.
Uno tiene que preguntarse necesariamente: ¿Dónde están las ideas? ¿Dónde está el modelo productivo? ¿Dónde la política pública? ¿Dónde el pensamiento estratégico para integrar a Salta y a la Argentina a los desafíos del siglo XXI? Digamos también, que este fenómeno del encefalograma plano en los políticos es generalizado; la diferencia es que otros espacios, por lo menos todavía no han salido a pasar estos papelones. Todavía…
Se me ocurre pensar, preguntar, por ejemplo; si la guerra en Ucrania elevó el precio de los comodities en un 30% a nivel mundial y el nuevo arancelamientos pone en dudas las exportaciones de productos primarios, Salta, siendo productora de comodoties ¿Cuál sería la propuesta para que no quedemos fuera del nuevo ajedrez mundial? La respuesta sería más interesante que oír rugir una motosierra, se me ocurre. Tengo más preguntas del estilo, pero no deseo abrumarlos.
No se trata de ideologías. Se trata de seriedad. De responsabilidad. De no subestimar más al Pueblo. Un Pueblo que está cansado de su excesiva tolerancia. Porque si seguimos premiando el show, el chiste, la amenaza y la mentira, lo que nos espera no es un país libre: es un país devastado.
Así que no, señores morados. No somos boludos. O al menos, no deberíamos seguir actuando como si lo fuéramos.
Yo, por lo menos, elijo expresar públicamente que no me cuento en el rebaño de los que toleran estas insensateces. –