REDACCIÓN – www.ernestobisceglia.com.ar
Ocurrió en Madrid, en el Museo de Cera, donde el artista chileno Nicolás Miranda irrumpió esta semana en el Museo de Cera de Madrid con una intervención tan efímera como provocadora: colocó junto a la figura de Donald Trump un perro faldero con el rostro del presidente argentino Javier Milei.
La acción formó parte de una obra denominada “Child’s Play” (Juego de niños), en la que Miranda intervino el espacio expositivo sin autorización del museo. La instalación, también incluía una figura de Benjamin Netanyahu representado como el muñeco diabólico Chucky, y tres ratas con las caras de Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida y Santiago Abascal, tres referentes de la derecha española.

Según explicó el propio artista, su intención fue crear un “retablo de ultraderecha” que reflejara las tensiones ideológicas y la caricaturización del poder contemporáneo. “Trabajo sobre escenas ya dadas, las intervengo y creo ficciones que se confunden con la realidad”, señaló Miranda en declaraciones recogidas por la agencia EFE.
El Museo de Cera de Madrid aclaró rápidamente que la acción no había sido autorizada, y que las figuras añadidas fueron retiradas por el personal de seguridad. Aun así, las imágenes circularon con fuerza en redes sociales, donde el “perro-Milei” junto a Trump se convirtió en uno de los temas más comentados del día.
La escena, más allá de su tono grotesco, pone en evidencia cómo la figura del presidente argentino se ha convertido en un símbolo global del extremismo político y la teatralidad del poder. Miranda, con su gesto, no solo provocó una reacción mediática, sino que también dejó al descubierto la delgada línea que separa la política del espectáculo y denuncia el poco respeto que el mundo tiene por la figura del presidente argentino.
Fuentes: EFE, La Tercera, ArtPost.cl
