POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.youtube.com.ar
Los libertarios demuestran su índole de patoteros e inmorales. Con todos los errores que podamos cometer, nos enorgullecemos de provenir de una cuna donde el respeto, las formas y sobre todo la dignidad, eran valores enaltecidos. Los que hemos alcanzado cierta proyección pública, en algún momento hemos sabido de lances de opositores a nuestro pensamiento, incluso del comentario rastrero del envidioso vil. Pero en ningún momento se nos ha ocurrido ir en busca de ese contrario para propinarle un trompis o amenazarlo, menos todavía, acompañado de una gavilla de patoteros.
Lamentablemente, los comportamientos públicos de estos pejertos a quienes la casualidad los ha puesto en un cargo público, están mostrando su naturaleza: son indolentes, mediocres, subculturizados y básicamente eso, patoteros.
Además, lucen de incoherentes, porque, estos que han enarbolado discursos sobre la pulcritud de los comportamientos, la honestidad de los procedimientos y las virtudes cardinales y teologales, resultan en el terreno estar más sucios que una papa.
Primero, el adalid de la decencia, Pablo López, cae bajo la denuncia, precisamente, de sus bajos instintos. Luego, una concejal cuya familia escondería basura bajo la alfombra, y ahora tenemos a este energúmeno dado a barra brava. Todo una porquería, realmente.
En el supuesto de que el periodista, Daniel Murillo -hay que decirlo, muy poco dado a la ortodoxia periodístcia, pero siempre de frente-, hubiera mancillado su buen nombre y honor, el concejalito este, tiene la vía judicial, la denuncia periodística, pero no; eligen mostrar el malevo de arrabal que llevan dentro y que denuncia que no ha recibido educación familiar alguna.
¿Estos son los cogollos que estamos germinando para un eventual gobierno en 2027?
¿Nadie “de bien”, dentro de La Libertad Avanza, le va a reclamar públicamente este comportamiento al energúmeno este? ¿O estos comportamientos de troglodita son propios de la “gente de bien”? Por ahí no me enteré que ahora se utiliza el “modo simio”.
Bien decía, Perón: “El poder no cambia a la gente, la muestra como es”.
Los que tenemos transcurrida una vida en este país, que hemos pasado los años de plomo del proceso y la Guerra de Malvinas (dentro de un uniforme), vemos no sólo con desagrado sino hasta con desprecio a estos gallitos desplumados. Habría que probarlos con un FAL en la mano y embarcados para una guerra, a ver si resultan tan machitos.
Llorarían como Magdalenas y tendrían descontrol de esfínteres, lo mismo que su líder y presidente.
Es hora de pensar la provincia y el municipio en función de un cambio de época que estamos viviendo. No de andar jugando al villerito rodeado de simios para intimidar. “¡Pegame, pégame!”, le reclamaba el pobre e insignificante tipito morado a Murillo. Pobre infeliz, no sabe que ya la Vida misma se encargará de pegarle y donde más le duele.
En fin…, por lo visto, tengo razón al venir reclamando que exijo que me indemnicen el voto. Voté como otros millones a Milei, hice campaña a favor de ese voto, porque quería básicamente que el kirchnerismo se extinga. Pero veo que me equivoqué. Estos son la misma cosa, la misma casta, la misma porquería.
Voté para terminar con una casta, y terminé avalando a otra igual de rancia. Exijo que me devuelvan el voto. Y la dignidad. –