POR: ERNESTO BISCEGLIA- www.ernestobisceglia.com.ar

La elección del pasado 7 de setiembre en la provincia de Buenos Aires, representó un verdadero sismo para el gobierno nacional que cometió el grave error de nacionalizar una elección local. Las implicancias de ese fenómeno electoral comienzan a sentirse en Salta.
Por una parte, el desgaste del presidente Javier Milei y de La Libertad Avanza (LLA) amenaza con reconfigurar el tablero electoral de la provincia, donde el voto libertario tuvo más de impulso emocional que de organización territorial. Más allá de las palabras y los discursos, el dato real es que la crisis económica golpea los bolsillos y el relato libertario pierde frescura; entonces, la pregunta que circula en los corrillos políticos es inevitable: ¿puede derrumbarse la ola libertaria en Salta y abrirse paso una polarización entre Gustavo Sáenz y Juan Manuel Urtubey?
El ocaso del experimento libertario
Nadie puede engañarse, el fenómeno de La Libertad Avanza, fue un momento de explosión casi emotivo de la población que deseaba sacarse de encima al kirchnerismo y de paso a todo lo que oliera a peronismo, confundiendo los espacios, obviamente. En los hechos y en la realidad, La Libertad Avanza nunca logró consolidar una estructura política fuerte en la provincia. Su sostén fue el arrastre de Milei y ese hartazgo mencionado.
También jugó en ese triunfo de LLA, la desorganización y la diáspora del peronismo local, junto a la desaparición de dos grandes actores políticos en la provincia, la Unión Cívica Radical y el Partido Renovador de Salta.
Pero a medida que transcurrió el tiempo se acumularon los conflictos para el gobierno nacional, los mercados perdieron confianza y la recesión, como una mancha de aceite silenciosa se fue desplegando por toda la sociedad hasta hacer insoportable para los más humildes el diario vivir. En este escenario, los salteños parecen menos dispuestos a seguir apostando a una “idea de la libertad”, que nunca se supo cuál es y que luce incierta y desorganizada. El libertarismo corre riesgo de diluirse y quedar reducido a un papel testimonial.
Sáenz, el polo de la estabilidad
Con todas las críticas que amerita el gobierno de Gustavo Sáenz, quien insiste en mantener un equipo de talla muy mediocre, sin ideas políticas y con líneas secundarias que no le suman para poder despuntar en este momento crítico, hay que reconocer que frente al desconcierto nacional, Sáenz aparece como la figura que ofrece estabilidad.
Lo salvan hasta ahora, su carisma populachero y su discurso federalista que lo posiciona como defensor de los intereses del norte, de modo que, el gobernador podría capitalizar el desencanto hacia Milei, convirtiéndose en el referente principal de un electorado que busca certezas en medio de la tormenta. Pero para eso, necesita renovar de manera urgente su gabinete y su equipo de colaboradores y asesores inmediato… algo que parece difícil que haga. Toda esa gente es el lastre que le está hundiendo el barco de posibilidades a Sáenz.
Urtubey, el regreso de un jugador con peso propio
Hábil por naturaleza, con una inteligencia política sin par tanto como su falta de escrúpulos, en paralelo, Juan Manuel Urtubey trabaja en reposicionarse como alternativa de renovación peronista, ensayando un discurso mesiánico donde se presenta como “el único que puede parar a Milei”. demasiado autoestima quizás.
Paradójicamente, Urtubey, quiere «parar al gobierno nacional» de la mano de quien hundió al país y lo hechó a manos de los libertarios, la condenada, Cristina Fernández.
Sin embargo, su experiencia de gestión y la proyección nacional obtenida, están logrando que su figura atraiga a sectores que ven en él una opción con mayor legitimidad y capacidad política que el improvisado armado libertario. A eso hay que sumarle la cadena de traiciones a Gustavo Sáenz, que se puso en marcha. Porque muchos ponen en sus estados el ponchito oficialista, pero juegan bajo la mesa para Urtubey. De allí que su regreso activa la posibilidad de un choque frontal con Sáenz por la conducción del espacio político salteño.
Lo que viene: la batalla por el voto moderado
La que fuera la joya de la corona libertaria en Salta, la diputada nacional, Emilia Orozco, está padeciendo en primera persona ese deterioro que emana del gobierno nacional. Encuestas recientes muestran una caída significativa de su imagen en el electorado de Salta. Lo que prometía ser una ola morada se ha ido desvirtuando, tanto que la falta de argumentos para defender los errores y fracasados del presidente, Milei, ha llevado al silencio de los dirigentes libertarios en Salta.
Así, todo indica que el futuro electoral de Salta podría encaminarse hacia una polarización entre Sáenz y Urtubey, como adelantamos, ya que son los únicos en condiciones de disputar al votante moderado, al peronismo en sus diversas vertientes y a los sectores sociales más golpeados por la crisis. El libertarismo, salvo un giro inesperado, quedaría relegado a la periferia política.
La conclusión es clara: si la situación nacional continúa deteriorándose, Salta podría convertirse en escenario de un duelo de alto voltaje entre dos figuras locales con proyección propia, dejando a Milei y su espacio reducidos al papel de actores secundarios. El tiempo próximo dirá si el experimento libertario en la provincia se apagará tan rápido como irrumpió o acaso podrá todavía jugar una carta con aspiraciones ganadoras en 2027.
Sin el romerismo presente en la arena política luego del retiro del senador nacional, Juan Carlos Romero, todo indica en Salta, que la emoción pasajera del libertarismo choca con la realidad: la verdadera contienda será entre Sáenz y Urtubey, y quien logre imponerse en esa contienda será quién mande en la provincia en los próximos años. –
