Grave: Renuncia Milei durante un brote psicótico

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

Para cualquier normal las presiones y el estrés resultan desequilibrantes, cuánto más tiene que serlo para alguien que acusa signos de inestabilidad emocional como el presidente, Javier Milei. Una fuente cercana al gobierno comentó que la escena habría sido paralizante para quienes estaban presentes.

Milei, en un arranque psicótico, gritó “¡Se terminó, ya está!”, en un tono que rozaba la desesperación. Nadie había preguntado nada, pero Milei lo soltó como un estallido. Un diálogo cargado de tensión marcó el inicio de una jornada donde la credibilidad del presidente quedó hecha añicos.

La fuente consultada expresó que “Lo que pasa es que Milei perdió lo único que tenía, la credibilidad”.

¿Cuáles fueron las razones de esto? Sumado a lo que se filtró, se enumeran cuatro razones: Nunca desmintió los audios que circularon y dejó desprotegidos tanto a los mercados como a sus votantes, ignoró el consejo político y empresarial de apartar a Karina Milei del gobierno, decisión que se volvió un factor de aislamiento.

Luego, rechazó el acuerdo con Mauricio Macri y se negó a dar la foto de unidad que el círculo rojo y los mercados reclamaban para mostrar gobernabilidad. Y por último, se lo acusa de haber pactado con sectores kirchneristas, lo que fue visto como una traición imperdonable por aliados y empresarios.

Una sensación a traición

Para los mercados, los empresarios y parte de la política, Milei, subestimó a todos. A sus votantes, a sus aliados, a la oposición, a los mercados y hasta a los líderes del mundo. El resultado: un presidente que, en pleno brote de furia y desconcierto, terminó firmando su propia renuncia política.

A todo esto hay que sumar que el análisis electoral tampoco es favorable: retuvo el voto prestado del PRO y de Juntos por el Cambio, pero perdió el propio, especialmente el de los sectores más pobres que lo habían acompañado en 2023. El desbande fue total.

Un miércoles de perros

En el Congreso, la fragilidad es inocultable: faltan entre 4 y 5 votos clave, Misiones juega al misterio, y algunos diputados del sur podrían cambiar de vereda. La incertidumbre se multiplica: leyes de emergencia, fondos para el Garrahan, financiamiento universitario… nada parece seguro.

Mientras tanto, en la calle y frente a las pantallas, la sensación es de caos. La política tambalea, los números no cierran y la sociedad observa, incrédula, el derrumbe del experimento libertario.

La renuncia de Milei, entre gritos y desvaríos, es más que un episodio personal: es la síntesis de un fracaso político anunciado, el final abrupto de una apuesta al todo o nada que terminó en nada.