Fin de una era y la muerte del PJ en Salta: La demolición de Urtubey, el funeral de Leavy y la encrucijada de Sáenz

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

El ex gobernador, Juan Manuel Urtubey, acaba de perpetrar el último de sus crímenes políticos reduciendo a cenizas al Partido Justicialista para satisfacer una ambición persona. Antes, había destruido al radicalismo comprando a Miguel Nanni y sus esbirros y al Partido Renovador de Salta, asociando en la vicegobernación a un personaje lábil, indolente e inútil como Andres Zottos. Tampoco la izquierda pituca de Claudio del Pla y el eterno universitario, Pablo López, pudieron resistirse a los cantos de sirena del urtubeycismo. Los resultados son palmarios, todos los partidos dejaron de existir tras su paso. Ahora le tocó al propio Partido Justicialista caer bajo las garras de la ambición desmedida de este sujeto. Nos preguntamos, entonces: ¿Qué puede darle a la provincia de Salta como senador un individuo que como gobernador la dejó saqueada y destruida?

En una nota anterior dijimos que estas elecciones eran las exequias políticas de Serio “Oso” Leavy. No nos equivocamos. La falta de acuerdo con el sátrapa de Urtubey, llevó al tartagalense a refugiarse en su propio alcázar, el Partido de la Victoria, una expresión minoritaria del kirchnerismo residual. Si ya, junto con Urtubey, la medición era paupérrima, ahora en soledad, esto representa el funeral político de Leavy. En la hora undécima del “Oso”, hay que decir que si bien jamás compartimos nada con su pensamiento, hay que saludar su lealtad a Cristina Fernández. Porque Leavy, “se bancó todo” pero se mantuvo en una sola línea, hasta ahora, en que fue traicionado por su jefa.

En La Libertad Avanza, hay un listado de nuevas caras, todas desconocidas lo cual es bueno. En esta hora política de Salta no cabe el dicho “Mejor malo conocido que bueno por conocer”, sino al contrario. Habrá que ver qué clase de “leones” propone esta gente. Sin embargo, el huevo de la serpiente podría incubarse en la candidatura al Senado. La postulación de Emilia Orozco y el renunciamiento de Alfredo Olmedo, resultan sospechosos. No es Olmedo un individuo que haya demostrado una grandeza republicana como para ir de suplente. En un momento en que la palabra no vale nada en la política y sabiendo que la Orozco, arrasará en Salta, no resulta descabellado pensar que luego del triunfo se vea afectada por alguna contingencia sanitaria –como le ocurrió en Diputados alguna vez-, y mostrándonos una curita, deba renunciar a la banca del Senado dejando que Olmedo asuma en su lugar. Hay que esperar, a ver si la Orozco, demuestra que es “gente de bien”.

Según las apreciaciones recogidas en las últimas horas en el mundillo político, nadie comprende por qué el gobernador, Gustavo Sáenz, eligió a Flavia Royón y a Bernardo Biella, como candidatos. Sobre todo al último que viene de perder categóricamente en la Capital frente a los morados. Bueno…, convengamos que dentro del entorno saencista tampoco hay mucho de bueno para elegir.

Una hipótesis puede llevarnos a pensar en que no habiendo más, mostremos esto mientras jugamos por otro lado con los intendentes, por ejemplo. Total, octubre ya está encima y las cartas están echadas. La Royón, es una buena propuesta en orden a su trayectoria. Pero…

Al todo o nada

La coyuntura –lo hemos dicho también ya-, pone a Sáenz ante un desafío político que puede ser histórico: dar vuelta la tendencia de LLA y llegar al 2027 con resultados políticos y sociales que le otorguen plafón para pensar un tercer periodo, cosa que nos parece nada recomendable. Ya hemos visto lo que pasa con los terceros mandatos. Sin embargo, Sáenz, podría hacer historia rescatando a la provincia de Salta de las garras de mileísmo, proponiendo políticas que pongan a Salta en el camino del liderazgo regional y restaurando la actividad política en Salta.

Dijo, Sáenz, el 7 de junio de este año, en ocasión del aniversario de la jornada en que el General Güemes fue herido, cuando le preguntaron ¿Qué le sugiere la figura de Güemes?; Sáenz, respondió: “Tenemos que imitarlo en todo”. Decimos entonces, que el General Güemes, en soledad no habría podido llevar adelante tamaña Gesta de no haber contado con capitanes y lugartenientes de la talla de los que lo acompañaron.

Ahora, la situación es similar. La tarea que enfrenta Sáenz, será imposible con el gabinete que tiene actualmente. La encrucijada le exige un cambio radical (no con radicales) de gente. Un pase a retiro de las primeras y segundas líneas, por lo menos. Porque la realidad ha demostrado que el equipo no gana en la cancha y el público está pidiendo cambios.

“Quiera el Pueblo votar” ¿Querrá el Pueblo votar?

Aquellas palabras con que el presidente, Roque Sáenz Peña, rubricó la sanción de la Ley que consagraba el sufragio, universal, secreto y obligatorio –Quiera el Pueblo votar-, hoy se diluyen ante una realidad que demuestra que el ciudadano no quiere votar. Ya no le interesa. De ahí los pequeños triunfos que se observan con un electorado que disminuye su participación.

Frente a estos candidatos, en su mayoría fracasados, encausados y sospechados… ¿Querrá el Pueblo votar?

Lo cierto es que el Partido Justicialista en Salta ya no existe: lo que queda son ruinas, cenizas y fantasmas de un tiempo en que supo ser fuerza popular y conducción política. Hoy, entre traiciones, egos personales y liderazgos agotados, el peronismo salteño asiste a su propio velorio. Pero la historia no se detiene: lo que muere abre paso a lo que viene. Será tarea de nuevas generaciones y de dirigentes capaces, sin ataduras con el pasado, refundar una herramienta política a la altura de los desafíos de la provincia. Porque si algo está claro es que Salta no puede ser gobernada con los restos de un cementerio político. –