Movimiento Gaucho «6 de Diciembre»: El Gauchaje como patrimonio vivo de Salta

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

El Gaucho y el Gauchaje, no son piezas de museo móviles que cabalgan ni personajes autóctonos que sólo cabalgan para desfilar. No son postales para un turismo ni productos regionales, sino que el Gauchaje en Salta es una estructura viva, una comunidad organizada, una red de solidaridad silenciosa que sostiene —todavía hoy— la vida social y rural de Salta.

Muchos, tal vez la inmensa mayoría de los ciudadanos tiene en el imaginario colectivo conceptos equivocados sobre el significado del Gaucho actualmente; un gran malentendido que vale la pena desarmar: El Gauchaje no es sólo un resabio cultural ni una forma viva del folclore; es parte integrante de una desconocida función social.

Desromantizar para revalorizar

La falta de una pedagogía güemesiana en Salta; la ausencia de una política de Estado que pusiera en valor al Gauchaje, redujo la imagen del Gaucho a una estampita turística: la montura, la bota, la zamba bajo la carpa, el Desfile del 17 de junio y las fiestas patronales. Esa imagen es producto de la mala praxis de funcionarios que jamás enseñaron el valor social del Gaucho, una paradoja en una provincia que se proclama gaucha, pero donde casi nadie sabe realmente lo que significa serlo.

El Gaucho como patrimonio intangible

El salteño utiliza el poncho como un ícono, como una representación social y hasta como una herramienta política, pero desconoce que el Gaucho y su organización son un patrimonio vivo, no un bien folclórico inerte. Su valor reside en la práctica comunitaria, en la red de ayuda mutua, en la transmisión oral del oficio, en la disponibilidad permanente para el servicio.

Mientras muchos repiten el nombre de Güemes, pocos conocen la trama humana que permitió que Güemes existiera y que hoy, permiten que su recuerdo y su valor como Padre de la Patria se mantenga vigente.

Los 50 mil invisibles

Se estima que, en Salta, más de 50 mil familias están vinculadas al mundo rural y al Gauchaje en Salta. Es una masa social inmensa y subestimada. En cada pueblo de la geografía salteña, los Gauchos colaboran con la policía en investigaciones: cuando se roba un vehículo, el comisario llama al presidente del fortín y el Gauchaje movilizado lo encuentra. Son los baqueanos que abren picadas para operar un rescate, como en el caso de un anciano fallecido en los cerros, donde no llegaban las ambulancias, fueron los Gauchos los que bajaron el cuerpo. Ayudan a las tareas de urgencia en los hospitales y postas sanitarias en casos de emergencia, como ocurrió en la pandemia que las mujeres gauchas cosieron y entregaron miles de equipos a los hospitales de la provincia. Donde sea y cuando sea, ahí están sus caballos y sus vehículos para efectuar traslados, búsquedas y asistencia en zonas de difícil acceso. El Gauchaje es el tejido conectivo de la provincia: mientras los funcionarios anuncian, ellos hacen.

La Salta profunda, donde el Gaucho aún sostiene el día

El Gauchaje constituye una pintura geográfica y humana de Salta: desde la Puna al Bermejo; desde el Chaco salteño a los Valles. Donde se mire, donde se quiera, en cada rincón de la provincia se hallará a un Gaucho disponible antes que cualquier estructura estatal. 

Porque son los primeros en llegar y los últimos en irse. No es romanticismo: es logística comunitaria.

El Movimiento Gaucho “6 de Diciembre”

Hace tres años, en la localidad de Vaqueros, un grupo de Gauchos, representantes de fortines de la zona, decidió organizar la celebración del Día del Gaucho, que tiene lugar cada 6 de diciembre en memoria de la publicación de la primera parte del poema El Gaucho Martín Fierro, de José Hernández —obra fundacional de la literatura gauchesca— que vio la luz ese 6 de diciembre de 1872.

La misma ley prevé la creación de una comisión nacional encargada de promover las manifestaciones culturales gauchescas, que hoy en Salta no tenemos. El intento que hubo en Salta, terminó con el rotundo fracaso de esa llamada “Comisión del Bicentenario”.

Este Movimiento Gaucho “6 de Diciembre”, en cambio, nació sin recursos, sin padrinos, sin marketing… sólo con voluntad y actitud de servicio.

El Gauchaje todavía espera un acto de afirmación cultural. Porque la del 6 de Diciembre, es una celebración nacida desde abajo, desde la comunidad, para la cual no se le pide absolutamente nada al Estado. Y este año además, tendrá el carácter de un fin solidario solicitando que los asistentes lleven algún alimento no perecedero que será entregado al Centro de Jubilados de Vaqueros.

Aquí no hay institucionalidad fría ni marketing patrimonial. Se trata de un gesto genuino —casi primitivo en el mejor sentido— de orgullo y persistencia. El Gauchaje que así se reúne no está solo para el desfile sino que milita silenciosamente en la contribución a la memoria cultural autóctona activa.

Porque en Salta, ser Gaucho no es actuar: es servir

Los distraídos que critican y los que todavía no lo saben, han de aprender que el Gauchaje no es solamente exposición tradicional sino una forma concreta de ciudadanía y de pertenencia.

Porque este Movimiento Gaucho no revive un pasado: sostiene un presente que, sin ellos, se caería a pedazos. Porque el Gaucho salteño, en cualquier punto de la provincia que se encuentra, cuando haya una necesidad, nunca preguntará por qué, sino para quién.