POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar
Las redes sociales son una trampa mortal para el intelecto. Quien no haya podido acceder a una formación medianamente respetable será víctima fácil de la mala intención y las “fake news”. En los últimos días circula en estos sitios el “análisis” de un supuesto documento atribuido al Papa León XIV, titulado “Nova Lux Veritatis”, donde supuestamente el “Infierno” ya no es eterno, casi ni existe en definitiva.

Los argumentos que se atribuyen falsamente al Papa son tan convincentes que quienes pensamos que estas creencias atávicas destinadas a encarcelar a los espíritus y reducirlos a la esclavitud doctrinaria, llegamos a saludar con indisimulado beneplácito que la Iglesia Católica por fin acerque la Razón a la Fe, lo cual redundaría en beneficio de la Libertad. Pero no. Así que vosotros, los que todavía pensáis en que sereis recibidos “allá en el horno –donde- se vamo a encontrar”, por seres cornudos, con alas de vampiros y tridentes, poneos felices de que así será nomás.
El Infierno no se cambia por decreto: la trampa de un documento falso atribuido al Papa
En efecto, el dicho documento papal “Nova Lux Veritatis”, nunca fue publicado por la Santa Sede y es una de las tantas piezas de desinformación que circulan con apariencia de verdad en tiempos de vértigo digital.
Una breve mirada histórica-teológica
Desde sus raíces bíblicas, la noción de Infierno se entendió como separación definitiva de Dios. Ya en el Antiguo Testamento, el “Sheol” aparece como un lugar de sombras y lejanía. En el Nuevo Testamento, el propio, Jesús, habla de la “Gehenna”, como un sitio de destierro álmico eterno.
Para los autores de la Patrística, esto del Infierno, también es una cuestión medular. San Agustín y Santo Tomás de Aquino, comparten la idea de un lugar donde las almas pagan las consecuencias de su libertad humana mal ejercida.
El Catecismo de la Iglesia Católica (1033-1037) reafirma que el Infierno no es un “mito” ni un estado transitorio, sino la expresión de la opción de rechazar a Dios.
Cuando el Infierno se vuelve viral: la mentira que quiso cambiar la doctrina
Siempre es necesario chequear toda información porque las redes sociales se nutren más de rumores que de noticias. Es imprescindible hacer de la verificación de fuentes oficiales una práctica. Más todavía cuando se trata de comunicadores. En el caso de cuestiones relacionadas con el culto católico, es preciso visitar el Portal de El Vaticano, o buscar comunicados oficiales de diócesis o congregaciones.
Para quienes la Libertad de espíritu y de pensamiento se halla a distancia de los mitos eclesiales, también es preciso chequear las fuentes, porque de otro modo, podemos caer en el riesgo del error teológico. Y una cosa es ser un librepensador y otra muy distinta un desprevenido estúpido que repite lo que lee o escucha. Dejandomuy en claro que la fe no se compadece con el dogma desde la óptica de la Razón pura, debemos sí, aceptar que para el creyente tampoco se fundamenta en titulares virales ni en teorías conspirativas, sino en la tradición, la razón y la enseñanza de la Iglesia.
La ignorancia es la esclava del dogma y madre del error en el librepensador
Se podría afirmar que casi el 100 por ciento de los católicos jamás ha leído la Biblia ni ha frecuentado lecturas teológicas. El católico cree a pie juntillas lo que los tonsurados le dicen so pena de ir a dar con sus huesos… bueno, con sus huesos no, al Infierno. Luego, la proliferación de documentos apócrifos en Internet busca anidar en ese desconocimiento para sembrar confusión.
Basta cambiar unas palabras, inventar un párrafo y subir a Tik Tok, para afirmar que se ha dado un “giro histórico”. La estrategia apunta a socavar los pilares de la fe. De allí –insistimos- que sea imprescindible chequear las fuentes. El Vaticano publica todo documento oficial en su portal; las diócesis replican y los medios especializados lo comentan. Lo que no aparece allí, simplemente, no existe.
Nos, decimos del cuidado a tener frente a estas tentaciones que proponen estas manipulaciones. Porque lo que está en juego en estos casos no la reinterpretación teológica del Infierno, o lo que sea, sino un principio de Libertad, pues la verdadera Libertad exige siempre Verdad, por lo tanto, por más antediluviano que sea un concepto teológico, siempre es necesario que sea veraz; es decir, afirmado por la Cátedra de San Pedro.
El principio joánico expresado en la frase “La Verdad os hará libres” (Jn. 8, 32), enseña que hoy más que nunca la Libertad comienza por el sencillo pero decisivo acto de no creer todo lo que circula en las redes sin antes confirmarlo en las fuentes.
En suma, El Infierno seguirá siendo eterno mientras la Iglesia lo enseñe, pero mucho más eterno será el error si dejamos que la mentira viral sustituya a la verdad. Que nadie se engañe: ni Satanás tiene TikTok ni Pedro sube documentos al Facebook. El Infierno sigue en su lugar, y la estupidez humana también.
Así que cuidado, católicos de fe ciega y librepensadores de fe floja: el Infierno no ha cambiado de dirección ni de estatuto. No lo crean por TikTok ni por WhatsApp; porque la eternidad no se negocia en redes sociales.-