Censura y encubrimiento doloso: ¿Estas eran las “Ideas de la Libertad”?

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

“Si hoy toleramos la censura, mañana habremos renunciado a la democracia. Y entonces ya no será Milei quien nos silencie, sino la ausencia misma de República.”

El Ilustre Domingo Faustino Sarmiento, gritaba desde “Facundo-Civilización o Barbarie”, una frase que hemos repetido siempre como una letanía cívica en defensa de la Libertad de expresión: “Arma alguna nos es dado llevar a los combatientes de la libertad, sólo la prensa libre… ¡La Prensa Libre!»

Los jibarizados ideológicamente reaccionarán contra el Prócer, pero aquí oponemos al pensador, al tribuno del derecho inalienable de todo ciudadano de instruirse, pensar y decir. Sarmiento, se enfrentó a la dictadura de Juan Manuel de Rosas, marchó al exilio grabando aquella célebre frase: “Bárbaro, las ideas no se matan”.

Ahora resulta, que este gobierno autorotulado como La Libertad Avanza, viene en pos de aplicar su motosierra sobre el derecho más elemental de una democracia: la libertad de decir. Siempre supimos desde estas páginas alertar sobre la engaña pichanga que resultaba su repetida frase: “Las ideas de la libertad”. Jamás explicaron cuáles eran porque nunca las tuvieron.

1.- El cacareo de una libertad que no es tal

Todo venía bien mientras estaban los “kukas” y los “zurdos de mierda” como objeto de la diatriba oficialista. Y tenían razón, porque los “kukas” habían mancillado cuanta cosa hubo en este país de honesta, de noble, de autoridad y de dinero que robaron a mansalva. Pero un día, lo que era un rumor tomó cuerpo de realidad y resultó que en la propia Casa Rosada, al parecer se delinquía también.

Fue un caso de “fuego amigo”, los audios develaron que estos libertarios, al final, no serían “gente de bien” sino un gobierno de marginales (Como dijo Lilita Carrió). Tan miserables como los que echamos votando a Milei & Cía.

Primera conclusión: La censura y los allanamientos pretendidos, son un hecho grave y peligroso.

2.- La peligrosa pretensión del “Estado mínimo”

No existe un país con un Estado reducido, o peor aún, sin el mismo. Haber declarado que “soy el topo que viene a destruir el Estado desde dentro”, es un rasgo de insanía. Si la República y el Estado de Derecho no existen, entonces, el presidente de la Nación tampoco, porque implicaría que el gobierno está en manos de un grupo de privados.

Esto representaría una contradicción para un liberal porque el “no Estado” elimina la Libertad, se consagraría la arbitrariedad y la pérdida irremisible de los derechos y garantías personales.

Segunda conclusión: Este gobierno que ha descalificado al comunismo, pretende instalar un poder totalitario como el Vietcong o la Rusia soviética.

3.- La República es la única garantía de una convivencia armónica y pacífica

La Revolución Francesa es el ejemplo más claro de las dos caras de los extremos políticos. La caída del Absolutismo representó el nacimiento de las Instituciones republicanas (Rousseau), el equilibrio de Poderes (Montesquieu) y la protección de los “Derechos del Hombre y del Ciudadano”, Carta Magna de los Pueblos americanos y del mundo.

Pero, una vez con el poder absoluto en las manos, aquellos mismos que predicaron «Libertad, Igualdad, Fraternidad», derramaron sin control la sangre de los conciudadanos durante el Terror.

Tercera conclusión: Sin Estado no hay República. Y sin Instituciones republicanas no existe igualdad ante la Ley ni Justicia Distributiva. Mucho menos, Justicia Social.

4.- El liberalismo libertario es una falacia peligrosa

El libertarismo es un neologismo que significa “militar el liberalismo”. El liberalismo no es una militancia sino un modo de ser, de pensar y de actuar. Se es liberal o no se lo es. Este gobierno de los Milei, ha mostrado su verdadera faz autocrática, intolerante y represiva, agravado por el nepotismo y un corporativismo salvaje.

Cuarta conclusión: Nos han mentido. Hemos sido engañados como sirvienta paragüaya y hemos votado a gente literalmente peligrosa y falsos liberales.

5.- La censura es una herramienta que repugna a los liberales

Recordemos aquel libro de Alexis de Tocqueville, donde sostiene que “sin libertad de expresión no hay democracia posible.”. En efecto, en su obra “La Democracia en América”, sostiene que “La libertad de prensa no es sólo un derecho más, sino la condición para que existan todos los demás.”

La prensa ha sido siempre el contrapeso del poder. Tocqueville, señala que la prensa puede ser “excesiva o molesta”, pero siempre es “más peligrosa la ausencia de prensa que su exceso”.

La censura pretendida por los Milei, es un atentado a la ciudadanía, porque la identidad de los ciudadanos se construye con información, debate y crítica. Sin LIBERTAD DE EXPRESIÓN, el ciudadano es reducido a la categoría de SÚBDITO.

Lo que acaba de hacer esta gente -el gobierno nacional- es asumir una actitud facciosa, rayana en un Golpe de Estado. No nos equivocamos en afirmar esto último siempre que desde el primer instante el desequilibrado del presidente, eligió hablar de espaldas al Congreso y alentar a los subversivos de las redes a “bombardear el Congreso”, a “sacar los tanques a las calles” y a “odiar al periodismo”. Tres comportamientos que hemos visto desde el 6 de setiembre de 1930, hasta el 24 de marzo de 1976, con los resultados que todos conocemos.

La censura no es un error ni un exceso, es un atentado contra la esencia misma de la República. La libertad de expresión no es un lujo ni un capricho, es el cimiento sobre el cual se levanta la vida política y ciudadana. Sin ella, todo lo demás se derrumba: el voto, la justicia, la igualdad.

Si callamos ahora, mañana ya no tendremos voz ni derechos. Es hora de decirlo claro: la libertad de expresión no se negocia, se defiende.