Es tiempo de mujeres: Ahora necesitamos una voz femenina en el gobierno de Salta

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

Todo tiempo tiene su signo, y el nuestro, sin dudas, es el de las mujeres. Lo marcan las nuevas sensibilidades sociales, las transformaciones culturales y, si se quiere, hasta los ciclos esotéricos que anuncian a la Era de Acuario como la era de lo femenino, del agua que purifica y renueva. Es el tiempo de la intuición, de la empatía, de la capacidad de sanar y conducir desde lo humano. En ese contexto, Salta —una provincia profundamente espiritual y de hondas tradiciones— no puede quedar al margen de los vientos de cambio.

La oposición en Salta ha comprendido este signo y ha colocado a dos mujeres en lugares centrales del Congreso de la Nación. También el espacio oficialista, “Primero los Salteños”, ha sabido acompañar esta tendencia con la presencia femenina -la ing. Flavia Royón- en el ámbito legislativo. Pero hoy, en el proceso de recambio que impulsa el gobernador Gustavo Sáenz, surge una oportunidad histórica para profundizar esa sintonía con los tiempos: la incorporación de una mujer con demostradas condiciones de lealtad, conducción y ascendiente sobre las bases en un puesto de la mayor relevancia política dentro del gabinete provincial.

Incluso la historia argentina avala esta pretensión. En 1947, Juan Domingo Perón consagró uno de los hitos más trascendentes de nuestra democracia: el voto femenino. Aquella conquista fue posible gracias a la acción decidida y la pasión política de Eva Perón, una mujer que no sólo transformó los derechos cívicos, sino que introdujo en la política argentina una sensibilidad nueva: la justicia con ternura, la firmeza con corazón, la conducción con amor al pueblo.

Salta, tierra de fe y de raíces profundas, tiene desde siempre a una Mujer como símbolo de protección e intercesión: la Virgen del Milagro. Esa presencia no es sólo religiosa; es un rasgo cultural que habla de nuestra forma de entender el poder y el servicio. Como Eva en la Nación, una mujer puede hoy en Salta ser la intérprete del sentir popular, la voz que una a la política con la gente, la energía transformadora que aporte equilibrio y sensibilidad a la gestión.

No se trata de una cuestión de cupo, sino de sentido. La conducción política de Salta necesita la mirada integral, humana y estratégica que sólo una mujer con experiencia profesional y lealtad probada puede ofrecer.

Es tiempo de mujeres. No por corrección política, sino porque así lo dicta la historia, la cultura y hasta el destino mismo de nuestra provincia. Una mujer al frente de un área clave del gabinete no sería sólo un gesto: sería un signo de madurez política, de sabiduría y de futuro.