“Si se calla el cantor…”

POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar

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Resumen: Gustavo Sáenz llevó su reclamo a la puerta de la Casa Rosada con guitarra y poncho, recordándonos que cuando el cantor se calla, se apaga el pueblo. Un gesto imposible, pero imprescindible frente al silencio y la traición del poder central.

Decía el inolvidable, Horacio Guarany: “Si se calla el cantor, se quedan solos/Los humildes gorriones de los diarios/Los obreros del puerto se persignan/Quién habrá de luchar por su salario”. La letra se convierte en elocuente metáfora que viene a la mente cuando uno ve al gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, ensayando una guitarreada gaucha en la puerta de la Casa Rosada, precisamente, para reclamar, si no por los salarios de los portuarios, por las obras para la provincia que representan salarios de miles de trabajadores salteños.

El episodio es épico. No registra la memoria histórico-política que antes un gobernador ensaye un acampe frente a la Casa de gobierno para reclamar por derechos de su provincia. Ahora bien, con el cuidado que el tratamiento de la situación merece, hay que considerar singularmente dos hechos:

El primero, que resulta bochornoso que un presidente no cumpla la palabra empeñada mediante la firma de un pacto solemne como fue el llamado “Pacto de Mayo”, en una fría noche en la provincia de Tucumán. Estamos ante un problema ético-moral, porque todos podemos comprender que el presidente, Javier Milei, recibió un país desvastado por el saqueo a mansalva que operó el kirchnerismo. Podemos comprender y así lo admitimos, que era necesario un ajuste y severo.

Así lo comprendimos los ciudadanos y los gobernadores que prestaron apoyo incondicional a la Ley Bases y a todos los proyectos que envió a las Cámaras el Ejecutivo nacional.

Pero hay dos cuestiones que ya las describía Maquiavelo; nada es gratis en la política, y los acuerdos que celebra el Príncipe, son ley a cumplir porque de lo contrario se pone en riesgo lo que hoy llamamos gobernabilidad y se altera el equilibrio del sistema democrático.

El presidente, Milei, no ha cumplido ni con las provincias ni con los ciudadanos, porque el ajuste lo estamos pagando los de abajo, los de a pie, que nos encontramos con el proceso económico-comercial cada vez más detenido. El ajuste lo pagan los cientos de miles que se van quedando sin trabajo porque el sistema se va deteniendo.

Observemos nada más esto: la proliferación de quioscos y “drusgtores” en los barrios. Hasta dos y tres por cuadra. Esto no es progreso privado sino pobreza. Pauperización. Nivelar para abajo. ¿Así vienen a decirnos que por este camino vamos a ser una potencia?

Basta mirar el proceso de los países europeos, destruidos hasta los cimientos por dos guerras mundiales en menos de 50 años. Y ahora, en menos de 50 años, listan entre los primeros de la Tierra. ¿Cómo lo hicieron? Con trabajo, con apoyo a la empresa familiar, a la pequeña y mediana empresa. Un ejemplo nos ilustrará sobre lo que decimos; el camino entre Turín y Milán -120 kilómetros-, está sembrado a ambos lados de la ruta de pequeñas empresas familiares. Han consolidado Estados eficientes, que otorgan créditos a “Fondo perduto”, como lo llaman los italianos, es decir que no se devuelven, pero controlan que los fondos vayan a donde se pidieron, que se tomen empleados y que se paguen los impuestos. “Esto es un sistema”, como supo decirme un funcionario en Roma.

Aquí, Milei y su camarilla, han venido a matar la pequeña industria, a liquidar al comerciante, a dejar sin trabajo al obrero y a terminar de destruir la maltrecha infraestructura de las provincias.

El segundo punto en que el presidente Milei ha incumplido, es su promesa de que el ajuste lo pagaría “la casta”, que sabrá Dios quienes son porque sus funcionarios inmediatos son lo peor, la resaca de todos los gobiernos anteriores fallidos. ¿Somos tan estúpidos como para no darnos cuenta que aquí se privilegian las ganancias de los especuladores, los bicicleteros de las cuevas y los mismos que vienen vendiendo el país desde la Revolución Libertadora?

Haré una digresión al explicar que la “Libertadora” puso por primera vez a cargo de la economía a un hombre de las multinacionales, el ing. Álvaro Alsogaray. Ese elenco estable, jamás se fue del manejo de la economía argentina. El país, en dos años de gobierno libertario se ha endeudado más que durante el gobierno de Macri.

“Quién habrá de luchar por sus salarios”

No es elegante, por el contrario, es humillante que el gobernador de la provincia tenga que convertirse en un piquetero VIP para que el jefe de gabinete baje a conversar con él. El mensaje de Francos y su gesto era más o menos “Chango, no me quemés”.

Que un gobernador tenga que bajar a estos niveles revela que al Ejecutivo nacional le importa una pepa la cuestión social. Este loco peludo, en lugar de atender los reclamos de un gobernador (hoy el de Salta, pudo ser cualquier otro) estaba saltando como un chimpancé contento con un maní en el Movistar Arena, con su claque de bataclanas de media neurona que cantaban estupideces propias de disminuidos mentales. Este tipo -el presidente-, nos ha llenado el Congreso de ratones, de casquivanas, de narco-sospechados descerebradas de utilería, figurantes sin pensamiento y de levantamanos. Esto, digo, es una vergüenza.

No somos gente de bien

Lo que hizo el gobernador Saénz, no es propio de “gente de bien”. Los libertarios prefieren funcionarios atildados, elegantes y que huelan a perfume francés. No da la talla para ellos un gobernador piquetero, envuelto en un poncho, con mate en ristre y zamba a voz en cuello.

Lo de Sáenz, nos recuerda aquella respuesta del General San Martín a la carta de Pueyrredón cuando le envía los requerimientos para el Ejército de los Andes a Mendoza: “Ahi van…. todo lo que me pidió. Y le digo, lo que Usted quiere hacer es imposible”. A lo que San Martín le responde: “Es imposible, pero es imprescindible”.

Parafraseando ese episodio, diremos que lo que hizo Sáenz es imposible —impensable, incluso—, pero era imprescindible. –