POR: ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.a
Hace unas horas publicamos una nota titulada ““Todo se está yendo a la m…”: Intensas reuniones de Villarruel avivan rumores de desplazamiento del presidente”. La especie tenía origen en fuentes nuestras con acceso a la Casa Rosada y otras que frecuentan círculos donde se cuecen asuntos “off shore”. Decidimos publicar la nota en base a esos comentarios porque tenían bastante lógica en orden a lo que está ocurriendo en el país, y aunque levantó comentarios del tipo “están fomentando el golpismo”; o “Ustedes los kukas quieren que caiga Milei” y de parecido tenor, horas después, nuestro adelanto se confirmaba en varios medios nacionales.
En efecto, apenas unas horas más tarde varios programas de canales porteños informaban sobre las reuniones de la vicepresidente, Victoria Villarruel, con distintos grupos de empresarios, civiles, militares y representantes de la Iglesia Católica.
Repetimos, que incluso en Salta, hay grupos armando reuniones y viaje a Buenos Aires para militar una posible sucesión.
Nuestra visión -y opinión- es que la situación del gobierno nacional es más que comprometida, pero lejos de lo que muchos acusan, esta vez, no se trata de conjuras ni conspiraciones, sino que las fallas son estructurales del propio gobierno. El presidente, Javier Milei, no ha cumplido con lo que eran las promesas más espectantes de la campaña, a la cabeza, eliminar a la “casta” y erradicar la corrupción.
Por el contrario, la “casta” no sólo forma parte entrañable del gobierno y ahora se desató una lluvia de denuncias de corrupción que cae sobre la figura de su propia hermana, Karina Milei, alias “El Jefe”. La sonora derrota del pasado domingo 7, vino a complicar aún más las cosas, dando lugar ahora, a especulaciones sobre el estado emocional del presidente quien habría expresado su “deseo de renunciar”.
Debe reconocer el gobierno nacional que tuvo todo en sus manos para operar un gran cambio en la historia política del país. Desde el Pacto de Mayo que suscribieron los gobernadores, el apoyo en las Cámaras para sacar sus primeros decretos, el silencio de los sindicatos y el apoyo del Fondo Monetario Internacional, que liberó los préstamos que solicitaron.
Ha fallado el estilo y el mensaje. Los argentinos podrían haber ingresado por la senda de un proyecto liberal pero nunca “libertario” que representa la anarquía capitalista. El insulto y la denostación al contrario, la descalificación y la subordinación a pie juntillas al bloque judeo-norteamericano, no han sido políticas bien recibidas por la población.
Por fin, hay que sumar el ensañamiento con los sectores más débiles de la sociedad, jubilados, discapacitados, universitarios y como broche de oro, los mismos gobernadores a los que un día prometió que “los iba a mear”. Y terminó haciéndolo.
El panoramo no es bueno, pero la sociedad debe comprometerse en sostener la institucionalidad. Los partidos políticos -o lo que quede-, deben apoyar el sostenimiento del gobierno, no porque sea Milei, sino porque es el gobierno elegido por la gran mayoría.
Alguna vez, los argentinos, debemos comenzar a comprender que la continuidad democrática debe solidificarse en base a los mecanismos que prevé la Constitución Nacional y no abriendo la puertas a la oportunidad de grupos que quieren asaltar el poder. –