Otra vez los perros volteando la olla

Hoy deciden candidatos…
nada nuevo pa’elegir.
Otra vez entre los mismos gatos
vamo’a tener que decidir.

El mazo siempre es el mismo,
naides cambia la desgracia.
Reparten la baraja
con codicia y con cinismo.

El de Patria, estos zánganos
usan el nombre pa’militar.
Valen menos que un arándano
y sólo han sabido afanar.

Un oso y un marmota
se pelean el lugar.
La esperanza es remota
que tienen de ganar.

Los zurdos están mudos,
se olvidaron de la gente.
Ya sin piedras y sin gomas
tampoco sin dirigente.

Del Plá y López, están perdidos
no saben qué reclamar,
quedaron tan divididos
que ya no saben ni marchar.

Los radicales… ¡qué risa!
eran dueños del clamor,
hoy mendigan una misa
pa’que alguien les dé calor.

Culpa el’ Nanni, los radicales
que eran tigres, hoy son ratones,
andan pidiendo migajas
pa’seguir de comparsones.

Un bufón con voz chillona
se disfraza de patrón,
y ya grita desde un trono
que es el dueño del timón.

Es Olmedo, ese artista,
el charlatán amarillo.
Que siempre sale a la pista
con la pala y un cepillo.

Peronchos tampoco quedan,
ni marcha ni revolución.
Terminaron vendiendo el alma
por un cargo y un colchón.

Ya se armó el circo en la tele,
y se reparten las butacas.
Pero el que paga la función
es el pueblo que trabaja.

Del lado oficialista
Nada hay que valga la pena
Los mismos tragando del mismo plato
y olvidando al Pueblo que los espera.

Mientras los perros vuelcan la olla,
los gatos roban la grasa,
pal pobre al final del día
no quedó ni pa’la casa.

Si San Martín levantara
su mirada desde el río,
los mandaba a todos juntos
pa’l exilio… o al presidio.

Y aquí Ernestito, el gauchito,
con su verso de cuchillo,
les recuerda que en la historia
el Pueblo ya no acepta caudillo.