POR REDACCION – www.ernestobisceglia.com.ar
La gestión de la intendente de Cafayate, Rita Guevara, se ha destacado por cometer irregularidades desde el momento mismo del inicio de su gestión. Su primer acto de gobierno fue intentar que el Concejo Deliberante le otorgara la declaración de emergencia económica, administrativa y financiera, además de la suma del poder, aduciendo un desfasaje financiero dejado por su antecesor, Fernando Almeda, lo cual no era cierto, porque “Casita”, dejó unos $ 500.00 a favor. Modesta cantidad, pero el municipio no estaba en rojo. Qué tendría que haber solicitado entonces el sucesor de Mario René Mimessi -alias el Gato-, que dejó el municipio de Tartagal tapizado de cheques sin fondos, o el de Pablo González en Orán, que dejó unos mil millones de deuda.
Inmediatamente, se recuerda un escándalo cuando Guevara llamó a una reunión “secreta” con los concejales y se advirtió que estaban siendo grabados. También, el nombramiento de personajes incapaces en su gabinete, como un diagramador gráfico como secretario de obras públicas y otros similares.
Pero de todos, el mayor escándalo fue la rendición de la Serenata a Cafayate 2024, cuyos números cambiaron según los informes que se presentaban y donde el informe de la Guevara -cual pastor evangélico-, transformaba millones de pesos en cajas de Fernet o “snack”, que luego se repartían al pueblo vencidos. El jefe de bomberos mismo denunció que habían sido “premiados” con un lote de papas fritas vencidas.
Los números de aquel informe fueron tan inconsistentes que todo terminó en un informe elevado por el Concejo Deliberante a la Auditoría General de la Provincia, donde como las papas fritas, parece que el dictamen saldría algún día, pero vencido. En el camino, incontables denuncias por maltrato a los artistas locales, a los visitantes y a los propios periodistas cafayateños que hasta hicieron una reunión -con foto- y manifestaron su repudio con una declaración. El tiempo que lo hace olvidar todo, ha logrado que ahora el periodismo cafayateño vea en Rita Guevara, poco menos que una benefactora de la humanidad. Raro ¿no?
Otra engaña pichanga de la gestión Guevara, fue el cacareado Plan Estratégico Cafayate (PECAFA), que alguna prensa “mal parida” -como dijera alguien de ese gobierno municipal, tituló “Plan de Emperne a los Cafayateños -PECAFA-“, que no habría sido otra cosa que un intento de contubernio con funcionarios de Córdoba para facturar una ilusión. El tal “PECAFA”, al parecer, le habría costado a los cafayateños la friolera de varias decenas de millones, cuyos resultados no estarían siendo visibles.
Si hubiera que detallar exhaustivamente la cantidad de manejos que serían pasibles de sospecha, tal vez la cantidad de páginas superaría a las de la Biblioteca Británica. Consignaremos solamente que otra vez, la Serenata a Cafayate -edición 2025-, volvió a ser motivo de puntillosa investigación por el Concejo Deliberante, donde se habrían hallado algunos movimientos en que no coincidirían las facturas, los montos ni los prestadores de los servicios.
A los desajustes serenateros -que serían millonarios- en los números, hay que sumar el desprecio institucional demostrado por la Gestión Guevara hacia el Concejo Deliberante, al cual jamás le respondió los casi veinte pedidos de informes, como tampoco le habría respetado la lícita mantención económica. La de Guevara, es una administración que se maneja sin presentar los informes trimestrales y sin presupuesto.
Sobre este último punto, la intendente Guevara, manifestó que la culpa es del Concejo Deliberante porque “no le aprueba el presupuesto”, cuando en realidad, lo que hizo el cuerpo de ediles, es devolverle el dicho presupuesto para que corrija números absurdos como el otorgamiento de 13 millones para obra pública frente a 250 millones para acción social, cultura, té y yerba para el mate (por decirlo así). Las correcciones jamás fueron presentadas al dicho Concejo Deliberante.
Por todas estas razones y muchas más, y en defensa de los intereses del pueblo cafayateño, el Concejo Deliberante en pleno, decidió la constitución de una Comisión Investigadora, asesorada por profesionales especializados en auditorías administrativas, que ya tendrían identificadas maniobras que “prima facie”, podrían considerarse como dolosas.
Así las cosas, la cantidad de errores, acciones sospechadas de maquinaciones non santas y otras posibles tropelías que habría cometido la gestión actual en el municipio de Cafayate, resultarían como dice la frase final del Libro del Apóstol Juan: “Muchas otras cosas hizo, que si las nombráramos todas, no habría suficiente espacio en el mundo para contener los libros.”