POR ERNESTO BISCEGLIA – www.ernestobisceglia.com.ar
Menos tres grados. Así arrancó el día en esta porción de Patria. A esa temperatura, el café no se enfría: se suicida. Y mientras peleamos por enderezar un poco la medialuna que se encoge tiritando, miro las veredas tapizadas por la escarcha, mientras hasta los perros callejeros han desaparecido, quizás, metidos en los locales de un sindicato para pedir paritarias. Porque como los perros, los sindicalistas también han desaparecido, pero enfriados por la escarcha que debilitó la militancia sindical.
Escucho decir “Es un día peronista”, pero me pregunto ¿de qué peronistas hablan? Debe ser de esos con abrigo Armani, bufanda de lana inglesa (que al final es nuestra lana) y que tocan el bombo con guantes de cabritilla. Mientras me asaltan estas ideas a través del vidrio de la confitería» de «mi oficina», escucho a un locutor en la radio que intenta ponerle épica al parte meteorológico: «Sensación térmica bajo cero, viento del sur…” La misma sensación térmica que tiene nuestra economía. Porque lo único que sube hoy es la nafta, los alimentos, la bronca, menos la temperatura.
Miro por el ventanal “con la ñata contra el vidrio”, como dice el tango de Mores y Discépolo, y veo que las calles están tan vacías como las convicciones de los “dirigentes peronistas”. Más allá, los concejales, legisladores y hasta el gabinete, parecen estar en modo “hibernación política”, porque no pasa nada. En los Recintos, aprueban lo que sea con tal de volver rápido a casa antes de que se congele la lapicera.
En las redes sociales, los vecinos y algunos “políticos” postean zonceras, tal vez como para parecer simpáticos, que es lo único que pueden hacer… parecer. Parecer simpáticos, parecer populares…, parecer peronistas. Uno sube a su muro “Menos 3 grados, carajo”. Y otro sube un opulento jardín congelado con la frase “Viva Perón, carajo”. ¿Qué quiso decir? ¿Qué su lujoso jardín está tan helado como su peronismo? Y pienso… “Nos toman por boludos”.
Pero giro la mirada y veo pasar el colectivo, con su chofer envuelto hasta los ojos. La señora que cobra el estacionamiento zapatea para combatir el frío. Los mozos sonríen aunque todavía no cobraron el aguinaldo. Al salir esta mañana paso por el almacén por mis cigarrillos y don Paco está atendiendo enfundado en un gorro de lana y con la sonrisa congelada. Tiene un escudo de Boca Juniors en el gorro…, será por eso que está congelado…
En la puerta de las escuelas los chicos se arremolinan en inocente bullanguería, envueltos en capas cual cebollas patrióticas. Las maestras caminan erguidas hacia la escuela como si marcharan a Malvinas, mientras en el ministerio propio seguramente toman café al abrigo de las estufas que queman generosamente el gas que pagamos todos nosotros. Porque el frío será cruel, pero el deber no se negocia y la Patria se continúa construyendo con las manos de todos esos argentinos que desafían la inclemencia invernal.
Así transcurre este “Día peronista”: bajo cero en el termómetro, pero con el corazón caliente. Porque mientras haya quien se levante, quien le ponga el hombro al invierno y el pecho a la patria, habrá esperanza. Y habrá peronismo. Como también habrá radicalismo, porque hoy, 1 de julio, también murió otro patriota: Leandro Nicéfoto Alem, fundador de la gloriosa Unión Cívica Radical.
Aunque el café se enfríe y las medialunas se encojan…, todavía hay quienes pensamos que la Patria de los argentinos, a pesar de esta dirigencia miserable, es un sueño posible. –