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Un país que desea seguir viviendo en la Franja de Massa

El resultado obtenido por el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, denuncia que existe un núcleo duro de ciudadanos a los que parecieran serles extrañas las ideas trabajo, progreso, cambio de época, porque de otra manera no tiene explicación racional posible que el candidato de un gobierno que explotó la economía y las posibilidades de crecimiento de los argentinos resulte el más votado como candidato a presidente. Es evidente que existe en la sociedad una fractura cultural más severa que la grieta política que alimentaron durante dos décadas y cuyas consecuencias comprometen el futuro de los venideros.

POR ERNESTO BISCEGLIA.- Una realidad resulta evidente y es que la disputa no pasa por elegir entre izquierda o derecha, o peronismo o antiperonismo, quien siga pensando que esa es la dicotomía está fuera de foco o condenado a la subsistencia mínima en un mundo competitivo donde la tecnología ya los está dejando fuera del sistema.

El debate no es educación pública gratuita o ticket para estudiar, no es curitas gratis en la salita o pagar la medicina. No es obra pública o sistema a la chilena; aquí se juega el destino de las próximas generaciones según se suban al cambio de época que ya inició o se conviertan en siervos de la gleba en el nuevo reparto geopolítico internacional.

Aquellos Valores heredados de la Modernidad (1789): Patria, soberanía, moneda, familia, propiedad privada y hasta se podría decir incluso la Vida, agonizan frente a un cambio de paradigma mundial que terminará de consolidarse cuando la guerra entre Rusia y Ucrania y la que se está configurando en Medio Oriente terminen. Entonces habrá un Nuevo Orden Mundial.

En ese futuro y muy próximo escenario los países como la República Argentina rendirán como espacios que sufragarán lo que los nuevos dueños del Orbe requieran. En nuestro caso, un país con una capacidad portante de producir alimentos para más de 400 millones de habitantes, con recursos naturales que están extintos o contaminados en otras latitudes es uno de los bocados más apetecidos. Y así podríamos indicar otros indicadores más.

Hoy se invierte dinero en realidades virtuales como el Metaverso, se trabaja desde un celular, se compra y se vende desde una pantalla y todos aquellos que no sepan darle a su trabajo, el que sea, valor agregado, capacidad diferenciada y actuar aplicando inteligencia emocional, ya están condenados a la extinción como ciudadanos porque perderán más derechos de los que ya están perdiendo.

Luego, en noviembre se enfrentan dos sistemas culturales representados por Sergio Massa y  Javier Milei. El primero representa un Estado surrealista, el «Estado benefactor» que ya no existe en ninguna parte, el otro, el cruel mundo de la competencia donde el «Homo hominis lupus» del comediógrafo Plauto es la regla general y donde el Leviatán de Thomas Hobbes ya es un hecho, donde el Estado consume al ciudadano.

En suma, la ecuación en disputa no es peronismo o antiperonismo, sino sumisión y esclavitud o juego de libre competencia donde en la selva tecnológica sobrevivirá sólo el más fuerte. –

 

 

 

 

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