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En un país bananero, ser Gorila es un acto patriòtico

En la jerga política del medio pelo peronista, el término "Gorila" pasó de ser un sustantivo propio a convertirse en un adjetivo calificativo peyorativo. Así, en la Argentina pos peronista, "Gorila", es todo aquel que trabaja, que profesa una fe y quizás asiste al culto, el que gana espacios con mérito, el que siente y respeta a los Símbolos nacionales y cree en las Fuerzas Armadas como custodios de la Patria... El que cree en una Patria, también es "Gorila". La Naturaleza enseña que los Gorilas viven en una perfecta "Comunidad Organizada"...

SALTA – POR ERNESTO BISCEGLIA.- Hace como tres décadas atrás la Argentina dejó de ser un país con aspiraciones globales para convertirse en una república bananera, gobernada por una dirigencia de poca monta, que evolucionó de lo inmoral hacia lo absolutamente amoral, donde toda creencia en algo superior fue negado, la Patria se fue desguazando en territorios y donde la familia se convirtió en un signo burgués impropio de un modelo de país donde el hombre debe ser afeminado y la mujer algo parecido al personaje de Tronchatoro de «Matilda».

En la Argentina pos menemista-kirchnerista, el ciudadano no debe trabajar porque para eso el Estado lo mantiene. La maternidad ya no es progreso sino motivo de subsistencia. El estudio y la calidad académica son prejuicios neoliberales. La carrera de las armas no se sigue en una Institución militar porque allí se forman represores y golpistas sino «saliendo de caño» para graduarse como delincuente y terminar preso logrando de esa manera tener un sueldo y manutención estatal. Asesinar en ocasión de robo es un acto de justicia social y ser baleado por la policía un atentado al derecho humano de despojar al otro. Abortar es un acto de libertad y disposición del cuerpo femenino pero tirar un perro en una caja se castiga con la cárcel. Violar a una mujer o un niño mientras se practique con la luz apagada no constituye un delito y asesinar a una mujer puede ser un femicidio a excepción de que la víctima sea la culpable de haber elegido mal a su pareja. Autopercibirse como cualquier cosa permite zafar de situaciones legales y uno puede llegar a tener más géneros que una tienda…, en fin.

Luego, todo aquel que no comulgue con este cúmulo de dislates ¡Es un Gorila!

Si, porque ser Gorila significa tener un modo decente de vida, trabajar diez o más horas por día, acumular algún dinero -en lo posible- de ahorro, graduarse, alcanzar una profesión o generar un emprendimiento empresario, creer que el orden público debe respetarse, y toda esa clase de «anomalías» lo constituyen a uno en «Gorila». Obviamente, no ser peronista de suyo coloca en la categoría de primate irrecuperable.

En el ingreso al hotel donde se discernían los premios «Martín Fierro», un grupo de supuestos trabajadores de la televisión que reclamaba por sus sueldos le gritó a Susana Giménez «Sos Gorila»...; y hasta donde sabemos esa mujer acaudaló fortunas con un trabajo honesto, viniendo desde muy abajo, sin ser tal vez una actriz de la talla de Lola Membrives, pero con una dilatada trayectoria y a quien nadie le regaló nada. Quizás la Giménez sea uno de esos ejemplos del «Self made man», o «woman», en este caso, pero es alguien a quien nadie puede reclamarle nada, excepto los inadaptados que formaban el piquete de la puerta.

Sin cámaras ni luces, sin prensa, hay millones de argentinos como Susana. Los que a diario madrugan para dejar horas de vida en un trabajo, en la creación de una empresa, en la atención de un drugstore, última posibilidad de supervivencia para familias decentes en este país. Son millones que veneran a los viejos todavía, que hacen esfuerzos para que los hijos estudien y se gradúen, que cantan el Himno Nacional Argentino emocionados, que a pesar de todo aún conservan la ilusión de que esta noche negra del kirchnerismo termine en la Argentina.

¡Somos millones de Gorilas que pensamos y deseamos lo mismo!

Y dirán «Vuelve la derecha»… y diremos que, si respetar el Orden Natural, el Orden Constitucional y el Orden Público, es ser de derecha ¡Pues, somos de derecha!

Y dirán «Vuelve Macri»… y diremos, que felizmente Macri no vuelve porque demostró ser un incompetente. Y agregaremos que tampoco nos convencen Larreta, Bullrich o Milei, o un Schiaretti, ¡Nadie nos convence! ¡Ninguno nos otorga garantías de capacidad para cambiar esto! Pero cualquier pilpinto resultará mejor y más digno que la troupe de terroristas, de asesinos y malandras que hasta dio el gusto de poner en la presidencia al individuo más inepto de la historia.

Además, es de estúpidos seguir pensando que el futuro pasa por la izquierda o la derecha, esa es una dicotomía sólo utilizada para mantener cautivos a los mono neuronales. El mundo ya camina hacia otros horizontes donde la Inteligencia Artificial y el Metaverso están diseñando un nuevo modo de vivir y donde los tilingos que sigan pensando en derecha o izquierda serán los próximos esclavos del Sistema.

Perdón, me voy por mi ración de bananas…

 

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