Apuntes sobre la condición social del «Homo Termus» argentino
Técnicamente, la humanidad evolucionó desde el "Homo Erectus" -hace 500.000 años"- hacia el "Homo Sapiens" y más recientemente hacia el "Homo Sapiens Sapiens", con lo cual se podría deducir que el grado evolutivo hoy debiera ser mayor. Sin embargo, en la Argentina, se comprueba una involución hacia una subespecie creada en laboratorios gubernamentales por científicos que habrían dado en llamar el "Homo Termus", conocido vulgarmente como el "Cabeza de Termo".

SALTA – POR ERNESTO BISCEGLIA.– La paleontología determina que el «Homo Erectus» y su posterior «Homo Sapiens» habrían emigrado desde el África en un proceso milenario. En la Argentina, desde el punto más alto de evolución alcanzado por el «Sapiens Argentus» hacia el Centenario (circa 1910), por el contrario, se ha producido una involución luego de haber alcanzado incluso el estatus de ciudadano hacia el «Homo Termus», homínido que se ha desarrollado particularmente rápido en el lapso de las dos a tres últimas generaciones durante las dos décadas anteriores a esta parte. La rápida expansión demográfica de los «Homo Termus» debido a la capacidad reproductiva de las «Feminis Luchensis» sería la causante de una emigración de los «Homo Sapiens Sapiens» supervivientes quienes cumplen aquella profesìa de Simón Bolívar cuando dijera: «Lo único que se puede hacer aquí es emigrar».
En efecto, el «Sapiens Argentus» que lograra un alto grado de desarrollo cívico y lo colocara entre las sociedades más adelantadas de su época ha retrocedido en sus derechos y conocimiento paulatinamente, particularmente luego de un último pico de desarrollo social hacia mediados del siglo XX cuando una secta conocida como «Los Hijos del Tula» a puro bombo y circunstancia (Sólo para entendidos en música clásica en alusión a la composición de Sir Elgar «Pompa y Circunstancia» -todo hay que explicarlo-), diera como resultado un deterioro progresivo de casi todas sus capacidades, especialmente cognitivas para acelerar esta caída en los inicios del siglo XXI.
Según los sociólogos este curioso fenómeno de retracción intelectual de la gran masa extendido en gran parte de la Sudamérica se produjo cuando la región fue dominada por una clase de primates subdesarrollados intelectualmente que tomaron el poder en esas sociedades reduciéndolas a un mínimo estado de supervivencia en base a la caza y la recolección: la caza de puestos públicos y la recolección de votos mediante la instalación del mito y la fantasía política.
Para los estudiosos del caso esto representa una inversión en la línea evolutiva darwiniana y del conocimiento que avanzara desde el mito al pensamiento racional griego; en estas regiones se operó al revés cuando el poder fue tomado por estos primates de encefalograma plano que llevaron a la gran masa a dejar de lado todo pensamiento racional y creer a pie juntillas en el mito del socialismo y el relato de una historia «al uso nostro»…, bueno, el de ellos.
La filosofía explica este fenómeno mediante la inversión del Mito de la Caverna platónico donde en lugar de mostrarles que la luz está fuera de la caverna, convencieron a los «Homo Termus» de que las sombras eran verdades reveladas que fueron asumidas como tales. Esto ocurrió cuando se cambió el diccionario Larousse por el abecedario de L-Gante.
Así, ya reducidos neuronalmente, a los «Homo Termus» se les predicó el libre apareamiento de la manada empoderando a las «Feminis Luchensis» en perjuicio de los machos alfa, muchos de los cuales cambiaron las garras por uñas decoradas.
Ese crecimiento demográfico y caótico los llevó a una reducción en sus capacidades alimentarias con el inmediato impacto en su desarrollo mental, causa principal de la aparición del «Homo Termus», denominado asì porque ese envase, el «Termus«, para su uso se vacìa de todo contenido anterior, se limpia y se llena con algùn lìquido nuevo, generalmente edulcorado, tal como las promesas del mito expuesto por los homìnidos en el poder.
El resultado fue el agrupamiento de la manada en tribus urbanas que los científicos gobernantes etiquetaron con siglas como «CCC«; «PO«, «MST» y otras similares. La prolífica descendencia de las «Feminis Luchensis» dado su estado elemental fue perdiendo el lenguaje original reduciéndose a vocablos casi guturales como «bolù«, «bolsón«, «plan» de donde incluso derivó una subraza denominada como «Planerus Vivendis».
Estas tribus urbanas, primero trashumantes que vagaban por las calles en manada y se estacionaban en las rutas, luego se volvieron sedentarias recluyéndose en guetos llamados «Asentamientos» donde comenzaron a practicar la agricultura incipiente de un vegetal, el «Canabis Sativa» cuyas propiedades curativas y alucinógenas les hicieron pensar que era «Un regalo de los dioses».
De entre estos «Homo Termus» ganados por el consumo de estos alucinógenos salieron algunos que auto percibidos como artistas plásticos dejan sus trazos en los muros públicos con jeroglíficos más difíciles de comprender que la Piedra Roseta, o bien desarrollan ritmos tribales como el reguetón danzando de modo frenético imitando el apareo público de los irracionales conocido como «perreo», danza iniciática previa a la cópula indiscriminada. Se dice que un ejemplar macho puede inseminar a varias «Feminis Luchensis» durante una jornada, resultando un desmadre -propiamente- que envidiarían los «Oryctolagus cuniculus» o conejos para los no leidos.
El «Homo Termus», al encontrarse en camino de involución todavía conserva algunas prácticas propias de las civilizaciones avanzadas como por ejemplo elegir al jefe de la manada que debido al empoderamiento antes mencionado recae en una supuesta «Feminis Luchonis» que vive del arrebatamiento a la manada. Ahora bien, lo más curioso de este proceso de reduccionismo del otrora «Sapiens Argentus» es que a diferencia de los animales estos «Homo Termus» sí eligen al más estúpido como jefe de la manada, comportamiento que se explica por su carencia de nutrientes en el hipotálamo y exceso de consumo de alucinógenos.
Al haberse eliminado los zoológicos, los «Homo Termus» no pueden ser recluidos en ningún lugar que mantenga segura a la población todavía pensante ya que aquellos en estado semiselvàtico desconocen los principios básicos de la condición humana como son la ley y el orden y sobre todo la propiedad privada, razón por la cual se dan a la rapiña, ya en modo solitario, ya en banda formando en algunos casos lo que se llama «gobierno».
Importantes sociólogos han determinado que la sociedad argentina se halla en proceso de disolución y en peligro de extinción dado que lo que hasta ahora se conoce como Estado, es un estado sí…, pero calamitoso.
Y lo que alguna vez fuera una orgullosa Nación soberana cuya Enseña «no ha sido atada jamás al carro de ningún vencedor de la Tierra», como se adjudica al Gran cuyano alborotador, hoy es en parte una factoría pesquera china, en parte un territorio sagrado mapuche, un espacio sin defensa alguna apropiado para la invasión de cualquiera; es decir, cualquier cosa menos un Territorio sino un gran corral lleno de ovinos destinados a la esquila y la esclavitud -paradójicamente- del próximo «Vencedor de la Tierra».
Sinceramente…