El cuento de que «La Patria es el otro»
La tradición conmemora hoy el "Día de la Patria", una palabra, un ideal, un justificativo que a lo largo de nuestra joven historia ha servido para justificar todo tipo de perversidades políticas mancillando el mandato de los Padres Fundadores que sì fueron verdaderos patriotas, que siendo ricos y nobles terminaron sus días en la indigencia, precisamente, por la Patria.

SALTA- POR ERNESTO BISCEGLIA.- No existe Patria alguna sin ideales. No puede haber Patria si antes no hay virtudes espirituales y conciencia cìvica. No hay Patria si previamente no se transmitiò ese legado, si no se enseñò què es la Patria, porque nadie ama lo que no conoce.
En 200 años, no hemos logrado construir una Nación que sustente a una Patria. El primer siglo de vida de esta Argentina dolorida se derramó en luchas intestinas, ora por imponer el unitarismo, ora el federalismo; luego la Constitución Nacional, más tarde autonomistas y liberales, pero siempre esas diferencias se zanjaron a cuchillo y degüello.
Durante el siglo XX, si bien ya normalizados institucionalmente y con un futuro promisorio sentado sobre las bases consolidadas gracias al trabajo de los inmigrantes y a la visión de estadistas como don Hipólito Yrigoyen y más tarde Juan Domingo Perón, algunos pasos hacia adelante se dieron.
Sin embargo, ese crecimiento fue obstinadamente entorpecido por los esbirros que ya habían vendido a la Patria desde los tiempos del salvaje Bernardino Rivadavia que inicia el largo derrotero de la deuda externa con el famoso empréstito de la Baring Brothers. Cuando los criollos vencieron a los ingleses en el documento firmado los súbditos de su Graciosa Majestad se comprometían a devolver el millón de pesos oro que se habían robado y que todavía hoy están en el Banco de Londres. No sólo no los devolvieron sino que Rivadavia nos endeudó ¡Con un millón de pesos!
Esos mismos intereses operaron para derrocar al primer gobierno constitucional de Yrigoyen, más tarde operaron para fortalecer el orden conservador en 1943 aunque allí algo salió mal…, apareció Juan Domingo Perón y la historia viró hacia un progresismo desconocido, hubo educación popular y salud pública, por primera vez industria nacional, el país fue pionero en la aviación de propulsión a chorro, nacionalización de capitales ingleses es, etc., etc.- Pero también se instauró el populismo barato y el derroche. Se hizo justicia social al precio de la depreciación económica del país.
A esa «generosidad» estatal se le sumó el cambio operado en el mundo por el fin de la Segunda Guerra Mundial y la siempre presente conspiración de los intereses foráneos y aquella fiesta se terminó. El problema es que los platos rotos los pagamos hasta el día de hoy.
Por estos días la Patria vive horas aciagas, una incertidumbre que lacera el ánimo del común y coloca a los argentinos ante el cuadro más desesperanzador que se recuerde. La política en manos de la dirigencia más barata que se haya podido imaginar. El saqueo como política de Estado oficial, la ignorancia como programa oficial de gobierno y el desmantelamiento de las Fuerzas Armadas que han dejado a la Patria en el mayor estado de indefensión, entre otros tantos males. Hoy la Argentina está más desguarnecida que cuando llegaron los ingleses en 1806.
Y ahora se pretende utilizar una Fecha tan cara a los argentinos para realizar un mitin organizado por la cáfila responsable de la mayor postración de la historia, salteadores de la Historia y del Tesoro público. Los ingleses son apenas unos mecheros al lado de lo que estos que hoy usurpan los cargos públicos se han llevado.
La «Patria es el otro» es un eslogan vacío de contenido, porque la Patria somos todos los hombres y mujeres de buena voluntad, los que heredamos y pusimos en práctica los ideales del General Manuel Belgrano, del General José de San Martín, los que luchamos a diario esa «Guerra de Recursos» que enseñó el General Martín Miguel de Güemes, los que estamos inspirados en los ideas cívicos de Juan Bautista Alberdi y de los Padres Intelectuales de la República, los que militamos según el ejemplo de las virtudes republicanas de Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen, los que creemos en una «Justicia Social» sana y no en el populismo demagógico…, en fin los que a pesar de todo, todavía pensamos que ser argentino es un privilegio y que la Patria es un ideal posible.-