Momento Pinocho: La Política y el «Periodismo»
La campaña política que ya agoniza quedará en los anales de la historia electoral de Salta como una de las más improvisadas y desprolijas que se hayan conocido. Más allá de que la "ingeniería" aplicada pueda ser efectiva o no. Lo más lacerante es la ausencia completa y absoluta de propuestas sustentables o sostenibles, con una sobreabundancia de dibujos verbales y literales mentiras rayanas algunas en la ciencia ficción.

SALTA – POR ERNESTO BISCEGLIA.- El vagabundeo por distintos municipios de la provincia provee al escribiente de anécdotas que pintan el estado de decadencia que ha ganado a una clase autotitulada «dirigente» que se organiza, digámoslo así, en formas y métodos cada vez más propios de aquellos de la «Década Infame». Falta en algunos lugares sólo el «Fraude Patriótico» y Salta habrá vuelto a ser aquel enclave conservador, patriarcal y hundido en los confines del tiempo.
De todas la experiencias vividas en distintos lares del interior, una en particular pinta esta cruda situación. Así, el diálogo escuchado fue el siguiente.
– ¡Hola Fulana! Che… ¿Querès ser concejal? Irías en cuarto lugar…, es «pa rellenar nomà» (sic)
– ¡Hola! Y… no sé, che. ¿Y qué hay que hacer?
– ¡Nada, pue! Vos anotate.
– Pero yo no sé nada de esto.
– ¡Mejor! Dale te anoto. Vamos con el fulano pa intendente.
Con 12.000 candidatos, Pinochos más, Pinochos menos, aspirando a un cargo, es de pensar que esta situación descrita «ut supra» se haya repetido incontables veces. Es más, obra como agravante de toda esta decadencia cívica que casi TODOS los spots publicitarios de campaña se nutren de descalificaciones, denuncias, satirizaciones, pero propuestas NINGUNA.
Frases hechas, lugares comunes, el trillado eslogan que muchos repiten: «Vamos a trabajar con vos», quizàs sea la mentira màs institucionalizada ya que no van a trabajar y mucho menos «con vos». A «vos» te van a usar para que uses el dedito eligiendo la foto y nada màs.
Vemos municipios que han habilitado una «oficina» para que los vecinos pidan lo que se les ocurra. Allí, un esbirro del intendente ocupa un escritorio rodeado de bolsones con alimentos y anota las demandas: chapas, bloques de cemento, dinero para esto o aquello, garrafas, menos posibilidades de estudio o trabajo, de todo. Cada quien se va anotado y con un bolsón en la mano, previa advertencia del empleado que lo apunta con la lapicera diciéndole a modo de admoniciòn:
– Pero ya sabès por quién tenès que votar.
Una miserable reducción a la esclavitud y a la indigencia. Un nefando manoseo del vecino que ha perdido hasta su dignidad y no ve más allá de la necesidad inmediata satisfecha.
Pero en este aquelarre no sólo hay políticos, pseudopolìticos, advenedizos, oportunistas, arribistas, queridas y efebos ubicados en las listas para rellenar, onda «Dame una mano» (también visto), lugares ocupados por estas graciosas damas o «damos» que acceden porque si total de rellenar se trata…, para eso están. También están los autotitulados «periodistas» que se ocupan de escribir -llamémoslo caritativamente así- notas destinadas a carcomer la honra de alguno o alguna (para ser Nac & Pop), tan mal escritas que terminan haciéndole un favor a quien buscan dañar.
Estos fabuladores de la pluma descartable se dedican a imaginar encuestas y publican guarismos que asaltan su imaginación seguramente cuando el opiáceo o el alucinógeno consumido les hace efecto.
Pero no sólo eso, no contentos con ser verdaderos ágrafos y semianalfabetos también han perdido los límites de la ética profesional y la moral personal avasallando hasta la honra de cualquiera al modo de baratas vendettas, descalificando así al «Oficio más hermoso del mundo» como sentenciara el «Gabo» García Márquez, premio Nobel de Literatura para que se enteren aquellos.
Los casos más penosos los encontramos entre los candidatos a concejales e incluso a intendentes, cuyos encefalogramas planos podrían repartirse cuales panfletos en blanco ya que es imposible hallar una sola idea potable, tanto como el agua que tampoco se encuentra.
Hemos hallado candidatos a concejales proponiendo la entrega de terrenos en lugares que por razones estratégicas están vedados o son del Estado nacional. Otros que proponen enderezar nacionales, sin dejar de sumar a los que prometen hasta establecimientos educativos, algo que ni siquiera el ministro de Educación puede concretar.
Hemos visto candidatos a intendentes, o aún intendentes en ejercicio que pretenden seguir siéndolo «ad aeternum» prometiendo el «Puente de Aviñón», o «Polos Tecnológicos» tan avanzados que harían palidecer a las naves estratosféricas que alucinaba Carlos Menem.
Hemos caído en una desgracia electoral en los municipios siendo que estos son la base del sistema institucional a causa de la ausencia de participación de los vecinos. Los candidatos a concejales y a intendentes, así como algunos «periodistas» de ocasión, parecen todos salidos del taller de Geppetto, todos mentirosos y de madera.
Ya nos supiera enseñar el Maestro, Félix Luna, aquello de que «Cuando el ciudadano no sabe qué vota, a quién vota ni para qué vota, la democracia y el país están en peligro». Anotemos que tampoco saben cuándo se vota.
Ese triste y peligroso momento ha llegado.-