Jojojojojo…, en La Caldera todo el año es Navidad
Con un intendente polivalente que llega al tercer año de su mandato sin poder exhibir ningún tipo de adelanto para su pueblo, en La Caldera, próximos a las elecciones, no se advierte ninguna idea para el cambio, sólo políticos disfrazados de personajes bíblicos o imaginarios.

SALTA-LA CALDERA.- POR EL DR. BARTOLOMÉ BASURTO.- “De noche…, a veces”, solía decir don César Fermín Perdiguero, uno se halla observando el comportamiento de esos seres tan particulares que se llaman políticos y concluye que son verdaderamente extraños a la raza humana, algunos al menos.
Y digo esto porque la naturaleza de las cosas a indicado siempre a los entomólogos y biólogos que el hombre se diferencia de los demás bichos del orbe por su capacidad de razonamiento, situación que parece no ocurrir en el municipio de La Caldera donde los comportamientos de su intendente y funcionarios, en ocasiones haría dudar de sus teorías hasta al propio Charles Darwin quien como sabemos sostenía que deveníamos del mono. Pues bien, algunos hay que parecen haber quedado en ese estado de simio nomás.
Pero elevemos la vara de la discusión y propongámonos hallar entre los políticos que ya comienzan a disputarse la presa que se llama comunidad de vecinos de La Caldera, una, aunque más no fuera una sola idea que llame al progreso, al avance de la comunidad, a imaginar siquiera que ese municipio no está gobernado por aquellos estudiados por Darwin. ¡Nada! No se hallará ninguna propuesta sustentable, como las llaman ahora.
Pero sí encontraremos seres bíblicos por doquier, individuos tocados con algodones y vistosas vestimentas que chocan con la pobreza del recién Nacido de Belén. Entre ellos, algunos con aspiraciones a candidatos y hasta el propio intendente de La Caldera camuflado como uno de los Magos orientales ¿Quizás para realizar el milagro de una reelección? Por la ubicación que le han dado y los colores naturales, el dicho intendente estaría personificando a Baltasar, el que llevó de regalo a Jesús oro. Pero como se ve, en La Caldera no todo lo que reluce es oro.
Mago como parece ser el intendente, cual Clark Kent que se revestía de Superman en una cabina telefónica, parece que el intendente de La Caldera hace lo propio en la municipalidad y de Mago de Oriente aparece de pronto travestido en noble recolector de residuos, dejando el camello para montarse en los caballos de potencia del camión cual operario más.
Lo insólito de la situación es la preparación mediática previa, periodismo que espera al intendente –toda una mise en scene- quien pronuncia por lo menos veinte veces la expresión “aquí con los muchachos” y dice una frase reveladora: “Y vengo para acompañar a los muchachos, para ver qué necesidades tienen los muchachos”, palabras más, palabras menos. Es decir, que luego de tres años, el intendente de La Caldera declara desconocer “qué necesidades tienen los muchachos” y se monta presto a levantar los residuos de los vecinos. En los pueblos de antaño lo llamaban payasada.
debería recordar el intendente de La Caldera que «los muchachos» le hicieron más de un paro porque no les proveía ni siquiera de la ropa de trabajo, entre otras cuestiones. Tal vez ahora que el intendente «trabaja» junto «a los muchachos», descubra todas esas necesidades. Los milagros existen, y más si son navideños.
Pongámonos serios y digamos que este tipo de actitudes circenses pertenecen al pasado. No sabemos quiénes serán los asesores del intendente de La Caldera pero tendemos a pensar que se trata de improvisados o recomendados porque nadie con un mínimo grado de inteligencia puede dejar que su intendente haga este tipo de cosas. Salvo claro, que esos asesores todavía estén siendo estudiados por Darwin.
En definitiva, la Navidad ya pasó y el Año Nuevo se encamina hacia unas elecciones que son cruciales. Es hora de que los políticos dejen los fuegos de artificios y piensen en ideas para que los pueblos progresen.
No sea cosa que por esta línea de razonamiento ahora que viene el Carnaval, veamos al intendente de La Caldera vestido de Diablo de la Comparsa.-